Wednesday, September 3, 2014

Wednesday, September 3, 2014 A VOICE IN THE DESERT JOHN 1:19-28


Wednesday, September 3, 2014

 

A VOICE IN THE DESERT

 

JOHN 1:19-28

“He said: I am the voice of one calling in the desert …”

John 1:23

 

Among the ruins of the Aztec civilization near Mexico City, there is an ancient amphitheater, where, if you stand in a certain place, you can speak out loud—without shouting— and be heard by several thousands of people seated in a great semicircle.

 

How were the natives of that region able to discover these acoustic properties?  The construction of the Mexican Coliseum is the subject of investigators in that field. There is nothing more frustrating than speaking when nobody is interested in listening. It must have been very difficult for John the Baptist to “call out in the desert”.

 

In today’s world we frequently talk without having anyone listen to us. But John was persistent and with God’s help he was able to achieve an audience.  There will always be a new creation of Publicans and Pharisees.

Aren’t we in the same situation as John? 

 

The goal is not fleeting; we must continue to preach, even if we mistakenly believe that no one is listening.

 

Prayer: Lord, we ask that you grant us the humility and the persistence we need in order to proclaim your message. Amen.

 

 

 UNA VOZ EN EL DESIERTO

 

JUAN 1:19-28

“Dijo: Yo soy la voz  de uno que clama en el desierto…”

Juan 1:23

 

Entre las ruinas de la ciudadela azteca cerca de la ciudad de México existe un anfiteatro muy antiguo, en el cual sentándose en el lugar indicado usted puede hablar en voz alta – sin gritar – y puede ser escuchado por varios miles de personas sentadas en un gran hemiciclo.

¿Cómo los nativos de la región pudieron descubrir estas propiedades acústicas?, construir el Coliseo Mexicano es tema de investigadores en esa materia.

No hay nada que frustre más que hablar cuando nadie está interesado en escuchar. Luego a Juan el Bautista tiene que haberle sido muy duro “clamar en el desierto”.

En el mundo nuestro no pocas veces hablamos sin que nadie nos escuche. Pero Juan persistió y logró con la ayuda de Dios ser escuchado. Siempre habrá publicanos y fariseos de nueva creación.

¿No estamos en la misma situación de Juan?

La meta no es volante, hay que seguir predicando aunque erróneamente, creamos que nadie escucha.

 

Oración: Señor, te pedimos que nos des la humildad y persistencia que necesitamos para proclamar tu mensaje. Amén.

 

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