Thursday, August 6, 2015

Thursday, August 6 WE ARE ALL SPARTACUS Mark 8:31-38

Thursday, August 6
WE ARE ALL SPARTACUS
Mark 8:31-38

“If we disown him, he will also disown us;”
2 Timothy 2:12

The greatest slave uprising in history was led by Spartacus and his legions against Roman rule. There is a passage recorded before his death in the year 71, which was the moment in which all his men were decimated in a battle and several hundred were taken prisoner. The curiosity to know the man who had cost so much trouble for the Roman Empire instigated a search among that multitude of conquered warriors to determine who was at its head.  When the Roman chief cried out the question:  “Who is Spartacus?” that open field was filled with voices: “WE ARE ALL SPARTACUS.” The men who knowingly risked their lives felt such veneration for their leader that they did not falter in wanting to be the legendary head.

The dialogue between Jesus and Peter serves as pretext for the Evangelist to pick up one of the phrases that most greatly commits a Christian of our times: “If anyone is ashamed of me and my words in this adulterous and sinful generation, the Son of Man will be ashamed of him when he comes in his Father’s glory with the holy angels.”

Prayer: Lord, help me to fight against the tides that would shame me.  Amen.



TODOS SOMOS ESPARTACO
Marcos 8:31-38

“Si lo negamos, también él nos negará”
2 Timoteo 2:12

La más grande sublevación de esclavos que recuerda la historia fue protagonizada por Espartaco y sus legiones en contra del poder romano. Hay un pasaje que antecede a su muerte, ocurrida en el año 71, fue en el momento en que todos sus hombres fueron diezmados en lucha desigual, y unos centenares fueron tomados prisioneros. La curiosidad por conocer al hombre que tanto había costado al Imperio Romano hizo que se tratara de indagar en medio de aquella multitud de vencidos guerreros quién era el cabecilla. Cuando el jefe romano lanzó la pregunta: “¿quién es Espartaco?”, aquella llanura se llenó de voces: “todos somos Espartaco”. Los hombres que sabían que arrastraban la muerte sentían tal veneración por su jefe, que no dudaron en querer ser el legendario caudillo.
El dialogo de Jesús con Pedro sirve de pretexto para que el Evangelista recoja una de las frases que más compromete a un cristiano en nuestros días; “Si en esta generación adúltera y pecadora alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles”.


Oración: Señor, ayúdame a luchar para que no ande yo en caminos de los cuales tenga que avergonzarme. Amén.

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