Friday, February 10, 2017

Friday, February 10 HOLINESS PSALM 34

Friday, February 10
HOLINESS
PSALM 34

O fear the LORD, you his holy ones,
for those who fear him have no want.

Psalm 34:9

Scripture uses the term “holy” in relation to all believers who have decided to accept the call of God.  A person’s sanctification includes separation from all evil. The term is also used to indicate the progress of the believer in a spiritual life. Therefore, all Christians hope and try to be holy, to be available to the Lord so that he can use us to the full measure of his will.

In the Old Testament, God gives the following command which appears in Leviticus 11:44: For I am the LORD your God; sanctify yourselves therefore, and be holy, for I am holy. Therefore, holiness is also obedience to God, and a lifestyle that agrees with that obedience implies serving God in every moment, even though there are times when we don’t understand or aren’t happy with the service that God demands of us. True wisdom is the fear of God and the discernment to interpret, hear, and fulfill that which God desires of us and not to put up resistance, but always to be ready to comply with his demand.

There is no better example than the witness of a sister in my congregation. After many sorrows and afflictions she obtained a dwelling in a place she really didn’t like, but guided by obedience to God and also by her need, she went there, settled in and overcame a number of obstacles. She always shows a readiness to serve God in that place since that’s where He put her. After a while she began to use her house as a house of prayer where local people came to hear the Word of God, some for the first time in their lives.

So, at all times, we will have his blessing.

Prayer: We pray, Father, to grow in holiness and obedience to you every minute. Amen.

Translated by John Potter
SANTIDAD
SALMO  34

Temed a Yahvé, vosotros todos sus santos,
pues nada falta a los que le temen
Salmo 34:9

La Escritura usa el término “santo”  en relación a todos los creyentes que han decidido aceptar el llamado de Dios. La santificación de una persona incluye la separación de toda maldad. También se usa el término para significar el progreso del creyente en la vida espiritual. Por lo tanto,  todos  los cristianos esperamos y pretendemos ser santos, estar a disposición del Señor para que nos use a la medida de su santa voluntad. En el Antiguo Testamento, Dios da la siguiente orden que aparece en Levítico 11:44: Porque Yo Soy Yahvé vuestro Dios, vosotros por lo tanto os santificareis y seréis santos porque Yo Soy Santo. Así que la Santidad es también obediencia a Dios y un estilo de vida acorde con esa obediencia implica servir a Dios en todo momento aunque a veces no entendamos, o no estemos muy felices con el servicio que Dios demanda de nosotros. La verdadera sabiduría es el temor a Dios y el discernimiento de interpretar, entender y cumplir lo que Él quiere de nosotros y no poner resistencia, sino estar siempre dispuestos a acatar su mandato.
No hay mejor ejemplo que el testimonio de una hermana de mi congregación. Ella, después de muchos pesares y aflicciones, logró una vivienda en el lugar menos deseado por ella, pero guiada por la obediencia a Dios y también por su necesidad, fue al lugar, se instaló venciendo algunos obstáculos. Ella siempre mostró su disposición de servir a Dios en ese lugar, ya que Él allí la había colocado. Poco tiempo después comenzó a funcionar en su domicilio una casa de oración donde personas de la localidad asistían a escuchar la Palabra de Dios, algunos por primera vez en sus vidas. Así que, en todo momento, tendremos su bendición.

Oración: Oramos Padre, para ganar en santidad y obediencia a ti en todo momento. Amén.


No comments:

Post a Comment