Wednesday, February 15, 2017

Wednesday, February 15 A NEW HEAVEN, A NEW EARTH 2 PETER 3:13

Wednesday, February 15
A NEW HEAVEN, A NEW EARTH
2 PETER 3:13

But in keeping with his promise
we are looking forward to a new heaven and a new earth
where righteousness dwells.
2 Peter 3:13

There once was a man who decided to change the world; “I will begin with my city,” he said to himself, “Oh no, it’s enormous! Better to begin in my neighborhood.” But then he realized that many people lived in his neighborhood, and it would be very hard to change them, and understood that it would be better to begin with his family, but then he also thought, “in my family there are so many problems, and so little communication.” And thus he withdrew, crestfallen, asking, “How will I do it? How does one change the world? Is it possible? Now I know!  I’ll begin with myself.” So, in the end, if we want to change the world, we should begin by changing ourselves.

When I read this text, I remembered a scene from the lives of the disciples in the Gospel of John. Jesus had been crucified, and the disciples felt their hopes had died as well. Their lives had lost meaning, so they gathered in a room, closed the door, and hid there, dying of fear. But Jesus, despite the closed door, enters and says, “Peace be with you.” Jesus wanted to offer them more than a greeting; he wanted to give them peace, his peace, and once having declared it, the breath of life, the Holy Spirit, blew among them.

Just as in Genesis, God blew the breath of life, and the “man became a living being,” Jesus gives his disciples the renewing strength of the Holy Spirit. The disciples’ lives returned to them with a new meaning. They would go out knowing that, as men and women disciples, they had a new mission to accomplish: to transmit hope, with the certainty that God can make all things new.  

Prayer:  Lord, when I feel lost, when the clouds are so thick that I cannot see the horizon, help me remember that you can make all things new. Amen.  

Translated by John Walter

UN CIELO NUEVO Y UNA TIERRA NUEVA
PEDRO  3: 13

Pero nosotros esperamos según sus promesas
cielos nuevos y tierra nueva en los cuales more la justicia.
Nosotros esperamos una nueva creación
Pedro  3: 13

Existió un hombre que decidió cambiar el mundo: - Empezaré por mi ciudad- se dijo:- Oh no, ¡es muy grande! Empezaré mejor por mi barrio,- pero entonces se dio cuenta que en su barrio vivía mucha gente y que les sería muy difícil cambiarlos, comprendió que sería mejor empezar por su familia, pero también pensó: - En mi familia hay tantos problemas, es tan escasa la comunicación, - y así se retiró cabizbajo: ¿Cómo lo haría? ¿Cómo cambiar el mundo?, ¿es eso posible?- ¡Ya sé! Empezaré por mí. En fin: si queremos cambiar el mundo, debemos comenzar cambiándonos a nosotros mismos.”
Siempre que leo este texto recuerdo una escena de la vida de los discípulos que narra el Evangelio de Juan. Jesús había sido crucificado, y los discípulos sentían que morían también sus esperanzas. Sus vidas habían dejado de tener sentido, por lo que se metieron en una habitación, cerraron la puerta y se escondieron allí muertos de miedo. Pero a pesar de las puertas cerradas,  Jesús entra y les dice: “Paz a vosotros”. Jesús quería ofrecerles  algo más que un saludo. Quería darles la Paz, su Paz.  Por lo que dicho esto, sopló entre ellos el aliento de vida, el Espíritu Santo. Así como en Génesis, Dios sopló aliento de vida “y fue el ser humano un ser viviente”, Jesús le da a sus discípulos la fuerza renovadora del Espíritu Santo. Ellos regresaban a la vida con un nuevo sentido. Saldrían afuera, sabiendo que, como discípulos y discípulas, tenían una misión que cumplir: transmitir esperanza, con la certeza de que Dios puede hacer nuevas todas las cosas.


Oración: Señor,  cuando me sienta perdido, cuando las nubes sean tantas que no pueda ver el horizonte, hazme recordar que tú puedes hacer nuevas todas las cosas. Amén 

No comments:

Post a Comment