Thursday, February 23
A GOOD FOUNDATION FOR
A BETTER WORLD
1 CORINTHIANS 3
For no one can lay
any foundation other than the one already laid, which is Jesus Christ.
1 Corinthians 3:11
In my years as an
elementary school student, I didn’t understand the meaning of the word
“foundation,” which formed part of a verse that appeared at the school’s
entrance: No one can lay any foundation other than the one already laid,
which is Jesus Christ. My mother’s
counsel advised me to have a foundation in everything I did, advising me to be
serious, well-mannered and disciplined.
As I grew and studied, I added synonyms to foundation: cement, cornerstone, principle, root, source,
etc. until I could understand the importance of a good foundation for the
security and length of an edification. Bit by bit the verse which I recited by
heart every school day began to acquire another dimension.
Our relationship with
God and with human beings can experience a radical change if we believe in these
words of Peter and of Paul; if we meditate on them, and don’t consider them to
be outdated or for other people. Our hearts will open to Jesus Christ and our
lives will undergo a change. If we have
already experienced this or we feel that we are approaching this extraordinary
experience, we cannot nor should we believe that this is a personal and
intimate conviction, but that we need to transmit it to others. Don’t we all
aspire to a better world filled with hope, joy, and peace? A world of mercy, compassion and
solidarity? Such a world can only be
realized when all humanity lays aside the fever of power and of money. When
people, leaving aside self-sufficiency, make their own those other words of
Peter: Lord, to whom shall we go? You
have the word of eternal life. [John 6:68].
Prayer: Lord, move us, break our inertia that we
might share with others your message of hope and of a new life. Amen.
Translation by Elisa
Menocal
UN BUEN CIMIENTO PARA UN MEJOR
MUNDO
1 CORINTIOS 3
Porque nadie puede poner otro
fundamento
que el que está puesto, el cual es
Jesucristo.
1 Corintios 3: 11
En los años en que era una
estudiante de primaria no comprendía bien lo que significaba la palabra "
fundamento" la cual formaba parte de un versículo que aparecía a la
entrada del edificio del colegio.: .... nadie puede poner otro fundamento
que el que está puesto, que es Jesucristo… Los consejos de mi mamá me
exhortaban a tener fundamento en todo lo que hacía, aconsejándome seriedad,
formalidad y disciplina. A medida que fui creciendo y estudiando, fui añadiendo
sinónimos a fundamento: cimiento, piedra angular, principio, raíz, origen, etc.
Hasta que llegué a conocer la importancia de un buen cimiento para la seguridad
y duración de una edificación. Poco a poco el versículo que repetía de memoria
cada día escolar, iba adquiriendo otra dimensión.
Nuestra relación con Dios y con los
seres humanos puede experimentar un cambio radical si creemos en estas palabras
de Pedro y de Pablo. Si meditamos en las mismas y no pensamos que fueron dichas
para otras gentes y que son anticuadas. Nuestro corazón se abrirá a Jesucristo
y nuestras vidas sufrirán una Si ya hemos experimentado esto o sentimos que nos
vamos acercando a esta extraordinaria experiencia no podemos ni debemos
conformarnos con que éste sea un convencimiento personal e íntimo sino que
tenemos que trasmitirlo a otros. ¿No aspiramos todos a un mundo mejor lleno de
esperanzas, alegrías y paz? ¿Un mundo de misericordia, compasión y solidaridad?
Pues este mundo sólo se hará realidad cuando toda la humanidad deje a un lado
la fiebre de poder y de dinero. Cuando los hombres, dejando a un lado su
autosuficiencia, hagan suya aquella otra frase de Pedro ... ¿Señor, dónde iremos si sólo tú tienes palabra de
vida eterna?
Oración: Señor, muévenos, rompe nuestra inercia para poder compartir con otros
tu mensaje de esperanzas y de una nueva vida. Amén.
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