Sunday, February 19
OUR MOMENT
ECCLESIASTES 3
There is a time for everything,
and a season for every activity under heaven.
A time to be born, a time to die;
a time to plant and a time to uproot;
a time to kill and a time to heal;
a time to tear down
and a time to build up.
Ecclesiastes 3:1-3
I confess
that for a long time I’ve been staggered by more and more news of sick people,
people who have passed, problems I’ve needed to address in conversations with
brothers. News that reflect the adversities that we as humans pass through in
this world created by God. That, tied to the convulsive situation in which our
world lives, makes me feel very worried. During this time, as never before in
my life, I’ve asked God, “Do evil and good times exist in our lives?” And then
these words of Ecclesiastes came to mind, reminding me of the cycle that life
is.
We should
ask ourselves, as did the anti-fascist pastor Dietrich Bonhoeffer, who was executed
by firing squad in a Nazi concentration camp, regarding his vocation: “What did Jesus want to tell us? What is his
will for us today? How can He help us to be better Christians in the modern
world?
It’s time
to rediscover our identity, the reason for our existence, our vocation, our
role in the world and in history; or simply put: what is the will of God for
our lives right now? That is where we will find good fortune and happiness.
Don’t permit the turbulent winds that life brings us, to reduce our capacity to
love, our desire to fight and serve, so that our lives might be more abundant.
Prayer: Lord, help us to understand that this is always
the time to love. Amen.
Translated by John Walter
NUESTRO
MOMENTO
ECLESIASTÉS 3
Un momento para nacer, y un
momento para morir.
Un momento para plantar, y un
momento
para arrancar lo plantado.
Un momento para matar, y un
momento para curar.
Un momento para destruir, y un
momento para construir
Eclesiastés 3:1-3
Les confieso que desde hace mucho tiempo estoy
consternado por tantas y tantas noticias de personas enfermas, de personas
fallecidas, de problemas que he tenido que confrontar en conversaciones con
hermanos. Noticias que reflejan los contratiempos que tenemos que pasar los
seres humanos en este mundo creado por Dios. Eso, unido a la situación convulsa que vive
nuestro mundo, me hace sentir muy
preocupado. Durante este tiempo le he
preguntado a Dios como nunca antes en mi vida: ¿Existen tiempos malos y tiempos
buenos en nuestra vida? Y vinieron a mi mente las palabras de este texto de Eclesiastés, donde
se hace una rememoración de lo cíclica que es la vida.
Preguntémonos como el pastor antifascista Dietrich
Bonhoeffer, fusilado en un campo de concentración Nazi, en respuesta a su
vocación: “¿Qué quiso decirnos Jesús a nosotros? ¿Cuál es su voluntad para
nosotros en el día de hoy? ¿Cómo puede Él ayudarnos a ser mejores cristianos en
el mundo moderno?”
Es tiempo de redescubrir nuestra identidad, la razón de nuestra existencia,
nuestra vocación, nuestro rol en el mundo y en la historia, o sencillamente
cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida ahora. Allí esta la dicha y la felicidad. No dejemos que los
vientos turbulentos que la vida nos presenta, aminoren nuestra capacidad de amar, nuestro deseo de
luchar y servir para que nuestra vida sea más plena.
Oración: Señor,
ayúdanos a entender que todo tiempo es bueno para amar. Amén.
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