Sunday, February 26, 2017

Sunday, February 26 Celebration of the Dependent Church in Paraíso Obrero SHE HAS NEVER SINCE SMILED AGAIN PSALM 27:1-3

Sunday, February 26
Celebration of the Dependent Church in Paraíso Obrero

SHE HAS NEVER SINCE SMILED AGAIN
PSALM 27:1-3
The LORD is my light and my salvation—whom shall I fear?
Psalm 27:1

I’ve been observing a neighbor in my community for some time now. Her smile has completely disappeared from her face.  She was a smiling person; her joy was contagious.  She was a person who always had a smile for everyone no matter her own circumstances. But something happened to suddenly make her lose that smile that made her unique and which many of us envied in an agreeable manner.  We all go through such moments: those moments in which the last thing we want to do is to smile; those moments in which we feel that nothing will satisfy us; in which, no matter how much we want to smile, the desired smile fails to appear.

In those moments, God wants to see that smile on our faces once again.  And that is precisely when we close ourselves off: we don’t speak to anyone; we quit praying.  It’s as if sadness had taken us by surprise, and despite wanting to renounce this feeling that ties us down, we cannot. There are always people who want to help us in those moments, but we distance ourselves from them.  But God wants to place a beautiful smile upon our faces; He wants us to know that the circumstances do not matter. He has always been by our side.  And even if things didn’t turn out the way we wanted, that means that His plans are better than the ones you had.

Smile because you are worthy; smile because He chose you; smile because in your darkest moments, His hand has sustained you; smile because He has not forgotten you; smile with the assuredness that God is acting in your favor.


Prayer: Thank you, Jesus, for your promise to be with us every day until the end.  In your name we pray. Amen.


Translation by Elisa Menocal




Celebración de la Iglesia dependiente en Paraíso Obrero

ELLA NO HA VUELTO A SONREÍR
SALMO 27:1-3

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Salmo 27:1

Desde hace algún tiempo vengo observando a una vecina de mi comunidad. Su sonrisa se le ha borrado del rostro. Era una persona sonriente, que contagiaba alegría, una persona que siempre tenía una sonrisa para todos a pesar de cualquier circunstancia que estaba pasando. Sin embargo, algo pasó para que de pronto fuera perdiendo aquella sonrisa que la hacía ser única y que más de uno envidiábamos de sana manera. Y es que todos pasamos por esos momentos: momentos en los que lo menos que queremos hacer es sonreír, esos momentos en los cuales sentimos que nada nos satisface, en los que por más que queramos esa sonrisa anhelada no aparece. En esos momentos, Dios desea ver nuevamente esa sonrisa en nuestros rostros; y es precisamente ahí donde más nos encerramos en nosotros mismos: no hablamos con nadie, dejamos de orar. Es como si la tristeza nos tomara por asalto, y a pesar de querer renunciar a este sentimiento que nos ata, no podemos. En estos momentos siempre hay personas que nos quieren ayudar, pero nos alejamos de ellas. Pero Dios quiere fabricarnos una hermosa sonrisa en nuestro rostro, quiere que sepamos que no importan las circunstancias. Él siempre ha estado a nuestro lado. Y aunque las cosas no salieron como esperabas, eso significa que sus planes son mejores que los que tú tenías.
Sonríe porque vales, sonríe porque Él te escogió, sonríe porque en tus momentos más duros su mano te ha sostenido, sonríe porque Él no se ha olvidado de ti, sonríe con la seguridad de que Dios está actuando en tu favor.

Oración: Gracias Jesús, por tu promesa de estar con nosotros todos los días hasta el fin. En tu nombre oramos,  amén.




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