Friday, April 28
STONES OF INCOMPREHENSION
JOHN
8:1-11
When they kept on questioning him, he
straightened up and said to them, “if any one of you is without sin, let him be
the first to throw a stone at her.”
John
8:7
Let us examine ourselves
in the deepest part of our beings to see how many times we have hurt someone by
throwing stones of incomprehension at them.
And let us remember that when we hurt other people we are hurting Jesus
himself. Let us recall that this is the same Jesus who taught us the meaning of
love, by dying humiliated on a cross. Jesus is that faithful friend in whom we
can trust because he was resurrected, because he gave us the possibility of
reaching the Father through himself.
He lived among us and
taught us how to walk in his ways. Let us not throw away his teachings; instead, let us be true examples in our words
and actions. Let us be truly worthy of calling ourselves followers of Christ. This
is a holy commitment before humanity.
When we are prisoners of
selfishness and of incoherent testimony, we tend to throw stones of
incomprehension and injustice at others. We often judge, without putting ourselves in
the place of another man or woman.
Therefore, let us thrust
the stones from our hands, but let us throw them into the void, where they can
do no one any harm. They are a heavy
burden to carry around with us every day.
Prayer: Jesus, you who forgive
our sins, we ask you to help us to not throw stones of incomprehension at other
people. Amen.
Translation by Elisa Menocal
PIEDRAS DE INCOMPPRENSIÓN
JUAN 8:1-11
Luego, como seguían preguntándole, se
enderezó y les dijo: Aquel de ustedes que no tenga pecado,
que
le tire la primera piedra
Juan 8:7
Examinemos
en lo más profundo de nuestro ser cuántas veces hemos herido a alguien
arrojándoles piedras de incomprensión y recordemos que al herir a otras
personas estamos hiriendo al propio Jesús. Tengamos presente que es el mismo
Jesús quien nos enseñó el significado del amor, muriendo humillado en una cruz.
Jesús es ese amigo fiel en el que podemos confiar porque resucitó, porque él
nos dio la posibilidad de llegar al Padre por medio de él.
Él
vivió entre nosotros y nos enseñó a transitar sus caminos. No desechemos sus
enseñanzas, sino que seamos un verdadero ejemplo en nuestras palabras y
acciones. Seamos realmente dignos de llamarnos seguidores de Cristo. Esto es un
compromiso sagrado ante la humanidad.
Cuando
somos presa del egoísmo y el testimonio incoherente, tendemos a lanzar piedras
de incomprensión e injusticia a los demás. Solemos juzgar, sin ponernos en el
lugar del otro o de la otra.
Así
pues, arrojemos las piedras que tenemos en nuestras manos, pero arrojémoslas al
vacío, donde no haya nadie a quien dañar, son una carga muy pesada para
llevarlas en nuestro diario andar.
Oración:
Jesús, tú que perdonas nuestros pecados, te pedimos
que nos ayudes a no arrojarles piedras de incomprensión a otras personas. Amén.
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