Tuesday, April 4
FAITH DOESN’T NEED
PROOFS
REVELATION 1:1-8
See, the home of
God is among mortals.
He will dwell with
them; they will be his peoples,
and God himself
will be with them.
Revelation 21:3
Both Christians and non-Christians sometimes want to have
some irrefutable proof of the presence of God. Possibly, motivated by that,
many people try to demonstrate God’s existence by means of study and research
which involve reason more than faith.
The kind of certainty which satisfies the believer in Christ
is the profound inner peace produced by the Holy Spirit. I saw this when a
brother in my Church was dying of a serious illness. In the midst of this
situation, he said, “Right now I’m suffering a lot. I cannot explain why God
wants me to die. I recognize that I have had doubts and have wanted God to show
himself to me in some manner or to talk clearly to me. But I have faith in
Jesus, and I’m looking forward to that day when faith is transformed into
sight.” The immoveable calm that he experienced did more than any other thing
to assure him of the reality of his faith.
Yes, God provides certainty, not by means of signs, but by
the internal testimony of the Spirit. This is how we can be sure of the truth
of what we believe.
Prayer: My good Father, give us the security of your presence; let
us feel you even though we cannot see you. Amen.
Translated
by John Potter
LA FE NO PRECISA DE PRUEBAS
APOCALIPSIS 1:1-8
He aquí, el tabernáculo de Dios con los hombres,
y Él morará con ellos
Apocalipsis 21:3
Tanto los cristianos
como los no cristianos desean en ocasiones tener alguna prueba irrefutable de
la presencia de Dios. Es posible que motivados por esto, muchas personas
intenten demostrar la existencia de Dios a través de estudios e
investigaciones, que involucran más a la razón que a la fe.
El tipo de certidumbre
que satisface al creyente en Cristo es la paz profunda interior producida por
el Espíritu Santo. Eso lo comprobé cuando estaba muriendo un hermano de mi
iglesia de una grave enfermedad. En medio de esa situación cuando dijo: “Ahora
mismo estoy sufriendo mucho. No puedo explicar por qué Dios me deja morir.
Reconozco que he tenido dudas y he deseado que Dios se me mostrara de alguna
manera o me hablara audiblemente. Pero estoy confiando en Jesús, y espero aquel
día en que mi fe se transformará en vista”. La calma inconmovible que
experimentaba hizo más que ninguna otra cosa para asegurarle la realidad de su
fe.
Sí, Dios provee certidumbre, no mediante señales,
sino por el testimonio interno del Espíritu. Así es como podemos estar seguros
de lo que creemos en verdad.
Oración: Mi buen Padre, danos la seguridad de tu
presencia, que te sintamos, aunque no podamos verte. Amén.
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