Wednesday, April 5
TRUE WEALTH
PSALM 127
Sons are indeed a
heritage from the LORD,
the fruit of the
womb a reward.
Psalm 127:3
Some years ago I read this statement: “We have retired now,
having been married for forty-two years. We have raised four children and have
given them an education. Today they are married, and we have ten grandchildren.
We have been greatly blessed. No, we are not rich, but money does not kiss us
the way a grandchild does.”
These words called to mind the Bible verse that we share
today. As the Psalmist recognizes in this text, our children are a heritage
from God, a true treasure in our lives. It may be that they choose paths that
seem wrong to us, but our duty is to raise them, to respect them and accompany
them with our prayers and acts of genuine love.
As parents and grandparents, let us consider ourselves rich
and blessed by God. Let us give unending thanks to our creator for the blessed
heritage of the children he has entrusted to us. Even if they do not find
themselves where we might wish to see them, let us protect this heritage with
daily prayer, a loving care and words and deeds that tell them they are
special.
Prayer: Thank you, Lord, for our daughters and sons. Give us
strength and wisdom to raise them in your ways and to show them the importance
of your kingdom. Amen.
Translated
by John Potter
LA VERDADERA RIQUEZA
SALMO 127
He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
cosa de estima el fruto del vientre
Salmo 127:3
Hace algunos años leí
este testimonio: “Nos hemos jubilado ahora, habiendo estado casados 42 años.
Hemos criado cuatro hijos y les hemos dado una educación. Están todos casados y
tenemos 10 nietos. Hemos sido grandemente bendecidos. No, no somos ricos, pero
el dinero no nos da un beso como un nieto lo puede hacer”.
Estas palabras me
hicieron recordar el verso bíblico que compartimos hoy. Como reconoce el
salmista en este texto, nuestros hijos son herencia de Dios, un verdadero
tesoro en nuestras vidas. Puede ser que ellos elijan caminos para nosotros
erróneos, pero nuestro deber siempre será educarlos, respetarlos y acompañarlos
con nuestras oraciones y acciones de amor genuino.
Como padres y abuelos,
considerémonos ricos y bendecidos por Dios. Demos infinitas gracias a nuestro
creador por la bendita herencia de los hijos que Él nos ha confiado. Incluso si
no se hallan espiritualmente allí donde nosotros quisiéramos verlos, protejamos
esta herencia con oración diaria, una solicitud amante y palabras y acciones
que les digan que son especiales.
Oración: Gracias Señor, por nuestras hijas e hijos. Danos
fortaleza y sabiduría para educarlos en tus caminos y mostrarles los valores de
tu reino. Amén.
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