Friday,
March 30
Good Friday
WHAT I HAVE WRITTEN,
I HAVE WRITTEN
JOHn 19:17-22
Pilate answered: “What I have written, I
have written.”
John 19:22 (NIV)
Pilate’s words were in response to the
priests who had criticized the inscription on the cross that said “Jesus of
Nazareth, the King of the Jews.” There are many ways of reacting to situations
of injustice in the world, and God is capable of putting things in their place
when we are incapable of doing it. It is incredible that a confirmation of
Jesus’ authority was expressed by one of his executioners, representing the
violent powers of this world. Sometimes we see situations like this in which
God’s revelation appears unexpectedly, even “using” the unjust powers of this
world. We may initially reject this, but later we recognize that as the saying
goes, God writes straight with crooked
lines. It is further evidence that the one with the last word in history is
not evil or violence, but God in his sovereignty.
Today we need to open our life to God,
so that it is not the Pilates who try to curtail hope and justice. But we must
also open ourselves to wait actively for God, knowing that even in the most
difficult situations, he will affirm life.
Prayer: God of justice, our
soul is grieving when we recall the unjust death of Your Son, but our faith is
grounded on the hope that death does not have the last word. Thank you for your
abundant life that surprises us and resurrects us in the midst of the realities
of death. Amen.
Translation by George Meek
Viernes Santo
Lo que he escrito, he escrito
Juan 19:17-22
Respondió Pilato: Lo que
he escrito, he escrito
Juan 19:22
Las palabras citadas
corresponden a Pilato, cuando los sacerdotes le critican el hecho de que la
inscripción de la cruz dijera “Jesús nazareno, rey de los judíos”. Existen
muchas formas de reaccionar ante situaciones de injusticia en el mundo, y Dios
es capaz de poner las cosas en su lugar cuando nosotros no hemos podido
hacerlo. Es increíble que una confirmación de autoridad referida a Jesús haya
sido expresada por uno de sus ejecutores, por quien representa uno de los
poderes violentos de este mundo. En ocasiones enfrentamos situaciones como esta
en las que la revelación de Dios se manifiesta inesperadamente, incluso
“usando” los poderes injustos de este mundo. En principio puede que
reaccionemos en forma de rechazo, aunque más tarde reconozcamos que, como dice
el saber popular, Dios escribe recto en líneas torcidas. Es una
demostración más de que quien tiene la última palabra en la historia no es ni
el mal ni la violencia, sino Dios en su soberanía.
Hoy, debemos abrir
nuestra vida a Dios, en primer lugar para no ser los Pilatos que traten de
cercenar la esperanza y la justicia. Pero también debemos abrirnos para esperar
activamente en Dios sabiendo que incluso a partir de las situaciones más
críticas, él afirmará la vida.
Oración: Dios de la justicia, nuestra alma está entristecida al
recordar la muerte injusta de tu Hijo, pero nuestra fe se afirma en la
esperanza de que la muerte no tiene la última palabra. Gracias por tu vida
abundante que nos sorprende y resucita en medio de las realidades de muerte. Amén.
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