Thursday, March 15
IN FEAR OF STORMS
ISAIAH 25:1-12
You have been a
refuge for the poor…
Isaiah 25:4
Isaiah addresses
himself to God amidst the storm his people are suffering. Curious, is it not?
The situation is bad; there’s destruction and humiliation, but nevertheless
Isaiah praises God. He succeeds in seeing God during the suffering; he
recognizes that the suffering is because the chosen people – among whom God
made marvels in miracles - had departed from its Creator.
That makes me think
about myself, about my people, in the sufferings of people around the world. Might
it also be that we’ve departed from God, and that’s the cause of so much
suffering?
I was reading a book
about illnesses, and one sentence caught my attention: “Pain is a shout that
life makes so that you will change, although in the end the decision is always
yours.” Will it be that we should change? Instead of living each day
complaining, which customarily makes the situation worse, shouldn’t we seek the
shelter and refuge that come from God?
Perhaps you feel that
your life is passing through a storm: anxieties, loss, illnesses, whatever it
may be that’s afflicting your heart. But never forget that when the storms
afflict your life, God appears as a refuge and strength. There is no storm that
He is unable to calm. At the length of humanity’s history, we find proof of it.
Draw closer to God. Ask
him in prayer for your necessities and trust in Him, that He will do it. The
pain and suffering will be things of the past. The weeping and sadness will
become joy. He will care for you. If he sent his own Son to save the world,
don’t you believe that he might be a refuge for you in your affliction?
Prayer: Lord, today we wish to draw near to you with the security that you are a
refuge in our moments of affliction. Amen.
Translation
by John Walter
EN
MEDIO DE LAS TORMENTAS
ISAÍAS
25:1-12
Tú
has sido un refugio para el pobre…
Isaías
25:4
Isaías
se dirige a Dios en medio de la tormenta que está sufriendo su pueblo. Curioso
¿no? La cosa está mal, hay destrucción y humillación; y sin embargo, Isaías
alaba a Dios. Logra verlo en medio del sufrimiento. Reconoce que ese
sufrimiento es porque el pueblo elegido donde Dios hizo maravillas y milagros
se ha alejado de su Creador. Eso me hace pensar en mí, en mi pueblo y en los
sufrimientos de las personas de todo el mundo. ¿Será que también nos hemos alejado
de Dios, y esa es la causa de tanto sufrimiento?
Leía
un libro sobre enfermedades, y una frase llamó mi atención: “El dolor es un
grito que te hace la vida para que cambies, aunque en última instancia la
decisión siempre es tuya”. ¿Será que debemos cambiar? ¿En lugar de vivir cada
día lamentándonos, lo cual suele empeorar la situación, debemos buscar a través
del amparo y refugio que vienen de Dios?
Quizás
sientas que tu vida atraviesa una tempestad: angustias, pérdidas, enfermedades;
lo que sea que esté afligiendo tu corazón. Pero nunca olvides que cuando las
tormentas azotan tu vida Dios se presenta como refugio y fortaleza. No hay
tempestad que Él no pueda calmar. A lo largo de la historia de la humanidad,
encontramos pruebas de ello. Acércate a Dios. Pídele en oración por tu
necesidad y confía en Él, que Él hará.
El dolor y el sufrimiento serán cosas del pasado. El llanto y la
tristeza se convertirán en alegría. Él te cuida. Si envió a su propio Hijo para
salvar al mundo, ¿no crees que pueda ser para ti un refugio en tu aflicción?
Oración:
Señor, queremos hoy acercarnos a ti con la seguridad
de que eres un refugio en nuestros momentos de aflicción. Amén.
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