Wednesday, March 14
Celebration of the dependent church in
Paredes
WHO IS THE BEST?
MatTHEW 18:1-5
… And he said: “Truly
I tell you, unless you change
and become like
little children
you will never enter
the kingdom of heaven. (NIV)
Mathew18:3
In the days in which
an ice cream cost much less, a ten-year-old child entered an establishment and
seated himself at a table. The waiter put a glass of water in front of him.
“How much does an ice
cream with chocolate and peanuts cost?” Asked the child.
“50 centavos,” the
woman replied. The child took his hand out of his pocket and examined the
coins.
“How much does just
an ice cream cost,” he asked again. Some people and the waiter were already a
bit impatient.
“25 centavos,” the
waiter said brusquely.
The child counted his
money again.
“I want the ice cream
alone,” he said.
The waiter brought
him the ice cream and put the bill on the table and left. The child finished
the ice cream, paid the check and left. When the waiter returned to clean the
table, he was dumbfounded at seeing there, placed neatly beside the empty plate,
was 25 centavos, his tip.
On occasion it
happens just as it did to the waiter. We misjudge children or those we consider
insignificant; we think they have nothing much to offer, and yes, much to
learn. But Jesus warns us that they are the best, according to God’s logic.
Prayer: Thank you Lord for
your love. I pray to you that you fill me to be able to share with others. Help
me to look at “the little ones” with the sensibility and the love you pour out
upon us. Amen.
Translation
by John Walter
Celebración de la Iglesia
dependiente en Paredes
¿Quién es el mayor?
Mateo 18:1-5
… y
dijo: - De cierto os digo que si no os volvéis
y os
hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos
Mateo18:3
En los
días en que un helado costaba mucho menos, un niño de diez años entró en un
establecimiento y se sentó en una mesa. La mesera puso un vaso de agua enfrente
de él.
- ¿cuánto
cuesta un helado con chocolate y maní? –preguntó el niño.
-Cincuenta
centavos- respondió la mujer.
El
niño sacó la mano del bolsillo y examinó las monedas.
- ¿Cuánto
cuesta el helado solo? Volvió a preguntar. Algunas personas y la camarera ya
estaban un poco impacientes.
-Veinticinco
centavos, dijo bruscamente
El
niño volvió a contar las monedas.
-Quiero
un helado solo, dijo
La
mesera le trajo el helado solo, le puso la cuenta en la mesa y se retiró. El
niño terminó el helado, pagó la caja y salió. Cuando la mesera volvió a limpiar
la mesa, le costó tragar saliva al ver que allí, ordenadamente junto al plato
vacío, había veinticinco centavos: su propina.
En
ocasiones nos pasa como a la mesera, juzgamos mal a los niños o a quienes
consideramos insignificantes. Pensamos que no tienen mucho que ofrecer y sí
mucho que aprender. Pero Jesús nos advierte que ellos son los mayores según la
lógica de Dios.
Oración:
Gracias Señor, por tu amor. Te ruego me llenes para poder repartir a los
demás. Ayúdame a mirar a “los
pequeñitos” con la sensibilidad y el amor que tú derramas sobre nosotros. Amén.
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