Saturday,
March 31
Anniversary of the Church of Guanabacoa
Holy Saturday
LIFE IS TODAY
JOHN 17:1-5
Jesus said: “Father, the hour has come.
Glorify your Son,
that your Son may glorify you.”
John 17:1 (NIV)
When the hour of death arrives, it’s not easy to keep calm. Often
we don’t know what to do. We have not learned how to say goodbye when we are
about to die, and how to bid farewell to loved ones. Sometimes death comes like
a thief in the night: unexpected and with no chance to prepare ourselves. And
even when we know that our father or mother is going to die, we try to suppress
thinking about their death. Death is so final. Each of us will die someday, but
we don’t know when. We plan our lives down to the last details; but it is God
who directs and guides us. When we are young, we think about studies, loves,
and the future. Later, when children arrive, we work hard and are preoccupied
with them. There is always something to do so we don’t have to think that the
hour of our death will come.
Life is today. We live now, or never. If we live with that
realization, perhaps at the end we could say what Christ said: Father, the
hour has come. Glorify your Son, that your Son may glorify you. That would
be a death in the confidence that we as Christians are guests on the earth. It
is a very great challenge to live as if each day were our last. But at the same
time, faith in the resurrection gives us the strength to live calmly in this
world, to endure and overcome evil and pain and to enjoy good and happiness.
Prayer: Father, guide us when we have to face
this type of situation. Give us the wisdom to know what to do in these trying
moments. Amen.
Translation by George Meek
Aniversario de la Iglesia de Guanabacoa
Sábado de silencio
LA VIDA ES HOY
JUAN 17:1-5
Jesús dijo: “Padre, la hora ha
llegado: glorifica a tu Hijo,
para que también te glorifique a
ti”
Juan 17:1
Cuando llega la hora de morir, no es fácil para
nosotros quedarnos tranquilos. Muchas veces no sabemos qué hacer. No hemos aprendido
bien cómo despedirnos y cómo despedir a los seres queridos. A veces la muerte
viene como un ladrón en la noche: sin esperarlo y sin la posibilidad de
prepararnos. Y aun sabiendo que nuestro padre o nuestra madre va a morir,
tratamos de suprimir todo lo que implica pensar en la muerte. La muerte es el
final. Cada uno de nosotros va a morir un día, pero no sabemos en qué momento.
Planificamos nuestra vida hasta los más mínimos detalles; pero es Dios
quien nos dirige y nos guía. Cuando somos jóvenes pensamos en
los estudios, los amores y el futuro. Después, cuando llegan los hijos,
trabajamos mucho y nos ocupamos de ellos. Siempre hay algo para hacer con tal
de no tener que pensar que la hora de la muerte va a llegar.
La vida es hoy. O vivimos ya, o nunca. Si vivimos
con esta constancia, al final tal vez podremos decir lo que dijo Cristo: Padre,
la hora ha llegado: glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique
a ti. Eso sería un morir en la confianza de que nosotros, los cristianos y
cristianas, somos huéspedes en la tierra. Es un desafío muy grande vivir como
si cada día fuese el último. Pero al mismo tiempo, la fe en la resurrección nos da la fuerza de vivir
aquí, en este mundo tranquilamente, soportar y superar el mal y el dolor y disfrutar
el bien y la alegría.
Oración: Padre, guíanos cuando tengamos que enfrentarnos a
este tipo de situaciones. Danos la capacidad de saber qué hacer en esos
momentos tan difíciles. Amén.
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