Monday,
March 26
Monday of Holy Week
DEATH IS NOT THE END
JOHN 14:1-7
Jesus said: “Do not let your hearts be
troubled.
You believe in God; believe also in me.”
John 14:1
The hour of Jesus’ death was approaching. The place where he was
going with his death was for then inaccessible to his disciples. They didn’t
want to hear anything about it; they couldn’t understand it. What lay ahead for
them? Loneliness, abandonment, desertion. Isn’t that what we feel when it is
time to bid farewell to a loved one? It’s even more so if the person is
important to our lives.
The death of a loved one is something that is hard for us to
understand. Jesus’ announcement of his death to his disciples meant that he who
healed, who resurrected Lazarus, who pardoned, who taught, who was always with
them, would be with them no longer. Hope and faith were in danger of collapsing.
But Jesus invited them to believe in him, because his death is
simply the path to the Father. And he will return. And when he returns, he will
receive them so they can also share in the Father’s Kingdom. It is by his death
and resurrection and his promise to return that the faith can endure in times
of tribulation. That is why, despite all our differences, we are one. That’s
why we can bid farewell to our loved ones, assured that they will be protected
in the hands of the one who sustains us and gave us life.
Prayer: Thank
you, Lord, for we are certain that some day we will again meet our loved ones. Please
be with those who are in difficult situations. Amen.
Translation by George Meek
Lunes Santo
LA MUERTE NO ES EL FIN
JUAN 14:1-7
Jesús dijo: “No se turbe vuestro
corazón;
creéis en Dios, creen también en
mí”.
Juan 14:1
La hora de la partida de Jesús se estaba acercando. El lugar al que iba con
su muerte era, por el momento, un lugar inaccesible para sus discípulos. Ellos
no querían saber nada de eso, no podían entenderlo. ¿Qué les esperaba? Soledad,
abandono, desamparo. ¿No es esto también lo que sentimos cuando nos toca
despedir a un ser querido? Mucho más si
es alguien importante para nuestras vidas.
La partida de un ser querido es algo difícil, algo
que cuesta entender. El anuncio de su muerte que Jesús hacía a sus discípulos
significaba que, aquel que curó, que resucitó a Lázaro, que perdonó, que
enseñó, que siempre estuvo con ellos, ya no iba a estar. Las esperanzas y la fe
corrían riesgo de derrumbarse.
Pero Jesús invita a creer en Él, pues su muerte es
apenas el camino hacia el Padre. Y Él
volverá. Y cuando vuelva los recibirá para que también participen del Reino de
su Padre. Es por su muerte y resurrección y por su promesa de volver, que la fe
se mantiene en tantos momentos de tribulaciones. Es por eso que, a pesar de todas
nuestras diferencias, nos sabemos unidos. Por eso podemos despedir
desconsolados a nuestros seres queridos, seguros de que están resguardados en
las manos de aquel que nos sostiene y nos dio la vida.
Oración: Gracias Señor, pues
estamos seguros de que algún día nos volveremos a encontrar con nuestros seres
queridos. Te pedimos acompañes a aquellos que se encuentran en difíciles
situaciones. Amén.
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