Thursday,
March 29
Maundy Thursday
BEING HUMBLE
John 13:1-11
“No,” said Peter, “you shall never wash
my feet.”
Jesus answered: “Unless I wash you, you
have no part with me.”
John 13:8
Things are what they are. Sometimes a
gesture teaches best. And what a gesture in today’s reading! It was a gesture
that astonished everybody: a gesture that becomes a double lesson: being humble
in serving others and being humble to accept help when we need it. Humble in
recognizing our own limitations and weaknesses; and fully realizing them,
acting accordingly.
Knowing that he would soon return to
God, he continued to show real love for others. Jesus undoubtedly had lots of
trust in his disciples, and that is why he taught them until the end. Then one
would betray him, and another would deny him. But the lesson was for all, and
it continues to be so today.
Some people deemed themselves too
important to do humble tasks. And so they should learn the lesson from the
greatest: he got down on his knees and washed his followers’ feet.
You can no longer be my follower, said
Jesus, if you are not sufficiently humble to let others do something for you. When
we learn to receive with gratitude, we can give with joy.
Prayer: Dear Lord Jesus, give me humility. Help me to learn
from your humility that as the greatest you made yourself the least. Amen.
.
Translation
by George Meek
Jueves Santo
SIENDO HUMILDES
JUAN 13:1-11
Pedro le dijo: - No
me lavarás los pies jamás.
Jesús le respondió:
-Si no te lavo, no tendrás parte conmigo
Juan 13:8
Las cosas son como
son. A veces se enseña mejor con un gesto. ¡Y vaya que gesto el de la lectura
de hoy! Fue un gesto que sorprendió a todos.
Gesto que se
convierte y transforma en una doble lección al ser humildes en el servicio y al
ser humildes en aceptar ayuda cuando la necesitamos. Humildes en reconocer las
propias limitaciones, las debilidades; y en pleno conocimiento de esto, obrar
en consecuencia.
Sabiendo que
volvería a Dios pronto, aun sigue demostrando inmenso amor por los demás. Sin
dudas, Jesús tenía mucha confianza en sus discípulos y por eso les enseña hasta
el fin. Luego uno lo traicionaría, otro lo negaría. Pero la enseñanza fue sin
distinciones, y lo sigue siendo hoy.
Algunas personas se
creen demasiado importantes para hacer cosas sencillas. Pues bien, aprendan la
lección del más grande: se arrodilló y lavó los pies de sus seguidores.
Ya no podrás ser mi
seguidor, dijo Jesús, si no eres suficientemente humilde para aceptar a otros
hagan algo por ti, para empezar. Cuando experimentemos recibir con gratitud,
podremos dar con alegría.
Oración: Mi buen Señor
Jesús, regálame la humildad. Ayúdame a aprender de tu humildad que, siendo el
más grande, te hiciste el más pequeño. Amén.
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