Tuesday, April 3, 2018

Tuesday, April 3 HIS OWN LOVE FOR US Ezekiel 39:23-26


Tuesday, April 3
HIS OWN LOVE FOR US
EZEKIEL 39:23-26

Therefore thus says the Lord GOD:
Now I will restore the fortunes of Jacob,
and have mercy on the whole house of Israel;
and I will be jealous for my holy name.

Ezekiel 39:25 (NRSV)

            Today’s text shows us clearly that God loves us with eternal love. He loves us although we have turned away from him to follow our own paths. Nevertheless, our human and deliberate rebellion creates problems for us. Without doubt, human sin creates an abyss between the human and God.

            It’s no different when someone close to us fails us. A chasm forms between the two and a feeling of distancing is inevitable. Even our limited human sense of justice requires payment for transgressions; in the same manner we shouldn’t expect less from God’s perfect justice. Nevertheless, God’s love is also perfect, so his love of humanity moved him to send Jesus who delivered himself totally for our transgressions. In this way the demands of God’s justice are fulfilled on the cross of Jesus Christ. Jesus didn’t come to earth to live a long life as a famous teacher. He came to give life which is why he could say from the cross before breathing his last, It is finished!  What happened then and three days later forever changed the lives of those who believe.

Prayer: Lord, thank you for your unmerited love. Thank you for your life and resurrection. Give us wisdom and strength to proclaim to others the good news of your love. Amen.

Translation by John Potter


SU PROPIO AMOR POR NOSOTROS
EZEQUIEL 39:23-26

Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré
la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda
la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre
Ezequiel 39:25

En el texto de hoy se nos revela claramente que Dios nos ama con amor eterno. Él nos ama aunque nos hayamos alejado de Él para seguir nuestro propio camino. Sin embargo, nuestra rebeldía humana y deliberada nos crea problemas. Sin dudas, el pecado humano produce un abismo entre el ser humano y Dios.

 No es diferente cuando alguien cercano nos falla. Se forma un abismo entre los dos y la sensación de distanciamiento es inevitable. Hasta nuestro limitado sentido humano de la justicia exige el pago por las transgresiones, de modo que no deberíamos esperar menos de la justicia perfecta de Dios. Sin embargo, el amor de Dios también es perfecto, así que su amor por la humanidad le motivó a enviar a Jesús, el cual se entregó totalmente por nuestras transgresiones. De esta manera, las exigencias de la justicia de Dios se cumplieron en la cruz de Jesucristo. Jesús no vino a la tierra a vivir una vida larga como un maestro afamado. Vino a dar vida, y por eso pudo decir desde la cruz momentos antes de exhalar su último suspiro: ¡Todo ha terminado! Lo que sucedió en ese momento y tres días después cambió para siempre la vida de aquellos que creen.

Oración: Señor, gracias por tu inmerecido amor. Gracias por tu vida y tu resurrección. Danos sabiduría y valor para testificar a otros las buenas nuevas de tu amor. Amén.


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