Sunday, February 7
Transfiguration of the Lord
A FACE OF
LIGHT
MATTHEW
17:1-8
“and he
was transfigured before them;
and his face shone like the sun;
and his
garments became as white as light.”
Matthew 17:2
We are all aware of the importance light has in
our lives. We often only think about this when we’re in the middle of a
blackout; but Jesus’ light, which is described in this text, is different than
this world’s light. Jesus’ light evokes the people’s liberation and the
prophet’s deliverance from expectation. The text says that Jesus’ face shone
like the sun, and I have always taken this phrase as an invitation to glow, to
radiate warmth amid the coldness of our world.
In the text, to shine is not understood in the
sense that our light may leave others blind, rather in the sense that our faces
– like that of Jesus – may radiate that light capable of transforming lives and
give testimony to the God of love. A light through which God manifests himself
and shows his pleasure.
At times, like the disciples, we fear God’s
light because it reveals the most obscure corners of our being; but again, Jesus
is right there, drawing near, raising us from the ground, touching us, and
illuminating us more than ever.
Let us make good use of that light without fear;
and let us share it with all those who need it.
Prayer: God of
light, we are overcome before your mystery. Let your light flood out upon us so
that we may be able to share a little of that light with all those who are in
need. In the glorious name of your Son. Amen.
Translated By John Walter
Transfiguración del Señor
UN ROSTRO DE LUZ
MATEO 17:1-8
“y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro
como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz”
Mateo 17:2
Todos estamos conscientes de la importancia que tiene la luz en nuestras
vidas. Muchas veces sólo pensamos en esto cuando estamos en medio de un apagón.
Pero la luz de Jesús que es descrita en este texto es diferente a las luces de
este mundo. La luz de Jesús evoca la liberación del pueblo y a los profetas de
la esperanza. Dice el texto que el rostro de Jesús resplandeció como el sol y
esta frase siempre la he tomado como una invitación a resplandecer, a irradiar
calor en medio de la frialdad de nuestro mundo.
Resplandecer en el texto no es comprendido en el sentido de que nuestra
luz deje ciegos a otros, sino en el sentido de que nuestro rostro, al igual
que el de Jesús, irradie esa luz que sea
capaz de transformar vidas y dar testimonio del Dios de amor. Una luz, a través
de la cual Dios se manifiesta y muestra su complacencia.
A veces, como los discípulos, tememos a la luz de Dios, porque ella
descubre los rincones más oscuros de nuestro ser, pero ahí está Jesús
nuevamente, acercándose, levantándonos del suelo, tocándonos, iluminándonos más
que nunca.
Apropiémonos de esa luz sin temor y compartámosla con todos aquellos que
la necesitan.
Oración:
Dios de luz, quedamos sobrecogidos ante tu misterio. Permite que tu luz nos
inunde y que podamos compartir un poco de esa luz con todos aquellos que están
en necesidad. En el nombre glorioso de tu Hijo. Amén
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