Friday, July 29
THE JAPANESE BAMBOO
MARK 4:26-29
Night and day, whether
he sleeps or gets up, the seed sprouts and grows, though he does not know how.
Mark 4:27
One need not be a farmer
to know that a good crop requires good seeds, good fertilizer and constant
watering. Sometimes the farmers become impatient
with the seeds that they planted and yell even if only to themselves: “Grow!”
Something very curious
occurs with the Japanese bamboo: the seed is planted, you fertilize it and you
water it constantly. In the first few
months, nothing happens. Actually,
nothing happens to the seed throughout the first seven years, to the extent
that anyone would think that those seeds were no good. During the seventh year, however, within only
six weeks the bamboo plant grows over thirty meters. Is it possible to think that it took only six
weeks for it to grow? No, it’s more
likely that it took seven years to properly develop. Throughout that time, a complex system of
roots was developing that allowed it to sustain its growth.
The same thing happens
to us when we demand quick replies from God.
The Japanese bamboo makes us reflect upon and understand that in many
instances we will confront situations in which we believe that God is not
answering our prayers; that He is silent and that nothing is happening. In those moments we need to remember that we
are growing on the inside and that God is filling us with a great inner
strength that will allow us to hold ourselves up in our daily lives.
Prayer: Thank you, Jesus, for
your constant presence in our lives. Thank you for allowing us to grow with your
support. Amen.
Translated
by Elisa Menocal
EL
BAMBÚ JAPONÉS
MARCOS
4:26-29
Duerma
y vele, de noche y de día, la semilla brota
y
crece sin que él sepa cómo
Marcos
4:27
No hay
que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla,
buen abono y riego constante. A veces los campesinos se impacientan frente a la
semilla que sembraron y gritan aunque
sea para sus adentros: “Crece”
Con el
bambú japonés sucede una cosa muy curiosa: se siembra la semilla, la abonas y
te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada. En realidad no pasa nada con
la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que cualquiera creería
que esas semillas no sirven. Sin embargo, durante el séptimo año, en sólo seis
semanas la planta de bambú crece más de treinta metros. ¿Se pudiera pensar que
tardó sólo seis semanas para crecer? No, más bien es que se tomó siete años
para desarrollarse como es debido. Durante este tiempo, desarrolló un complejo
sistema de raíces que le permitirían sostener su crecimiento.
Eso
mismo nos pasa cuando demandamos respuestas rápidas de parte de Dios. El bambú
japonés nos hace reflexionar y entender que en muchas ocasiones estaremos
frente a situaciones en las que creemos que Dios no contesta nuestras
oraciones, que está en silencio y que nada está pasando. En esos momentos
tenemos que recordar que estamos creciendo dentro de nosotros y que Dios está
llenándonos de una gran fuerza interior que nos permitirá sostenernos en nuestra
vida diaria.
Oración:
Gracias Jesús, por tu constante
compañía en nuestras vidas. Gracias por permitirnos crecer con tu sostén. Amén.
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