Tuesday, July 19
THE PERFECT STITCHES
MATTHEW 5:46-48
“Be perfect,
therefore, as your heavenly Father is perfect.”
Matthew 5:48
There is a story about a girl who took a needle and a
piece of cloth and began to sew slowly. Suddenly she said, “The greatest
advantage to sewing twisted stitches is that they never come undone."
This simple truth holds a great lesson. Often we sew
twisted stitches into the fabric of our lives; when that happens, they are hard
to undo: bad actions that take years to undo and envy that makes us despise our
peers.
God doesn’t want that for us. God asks us to be perfect,
and if we are far from perfection, we ought at least to be traveling the road
toward it.
Perfection is a daily process in which we are conscious
of and experience the way of Jesus in the world. There is a hymn that illustrates this: “I
want to follow in the footsteps of the Master.” So as followers of the Master,
we must grow in Spirit and continue building up his Kingdom by faithfully
imitating him.
Let the Spirit guide us to reach the perfect measure according
to the fullness of Christ, a way filled with the possibility of falling down,
of failing, but amid everything, with the certainty of improving ourselves each
day by the love of Christ.
Prayer: Good and gracious God, in the midst of the limitations
that confront us, those twisted stitches, reshape the fabric of our lives so
that we may approach the perfection of your Son, Jesus Christ, for we pray in
his name. Amen.
Translated
by John Potter
Las puntadas perfectas
MATEO 5: 46-48
“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre
que está en los cielos es perfecto”
Mateo 5:48
Cuenta una historia que una
muchacha tomó una aguja y en un pedacito de tela y comenzó a coser
pausadamente. De repente exclamó: “La
mayor ventaja que hay en hacer las puntadas torcidas es que no las tengo que
deshacer”.
Esta sencilla verdad, encierra
una gran enseñanza. Muchas veces nosotros ponemos puntadas torcidas en la tela
de nuestra vida. Cuando esto sucede es muy difícil de deshacer. Malas acciones
que no podemos reparar hasta el paso de los años y envidias que nos hacen
despreciar a nuestros semejantes.
Dios no quiere esto para
nosotros, Él nos pide que seamos perfectos y si esta perfección está lejos de
nosotros, al menos debemos ir por el camino de ella hasta ella.
La perfección es un proceso en
el que cada día tomamos conciencia y experiencia del caminar de Jesús en la
tierra. Hay un himno que ilustra esto: Quiero seguir las pisadas del Maestro.
Así, como seguidores del Maestro, debemos crecer en Espíritu y continuar
construyendo su reino siendo fieles imitadores suyos.
Dejemos el Espíritu nos guíe
hasta llegar a la medida perfecta conforme a la plenitud de Cristo, una senda
llena de posibilidades de caer, de fallar, pero en medio de todo, bajo la
certeza de mejorar cada día por el amor infinito de Dios.
Oración: Dios bueno, en medio de las limitaciones que
enfrentamos, esas puntadas torcidas, rehaz el tejido de nuestra existencia de
tal manera que nos acerquemos a la perfección de tu hijo Jesucristo. En su
nombre oramos, amén.
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