Sunday, July 17, 2016

Sunday, July 17 ALL ARE THE SAME ROMANS 2:1-11

Sunday, July 17
ALL ARE THE SAME
ROMANS 2:1-11

“For God shows no partiality”

Romans 2:11

Jeremiah 17:9 says that the heart is deceitful above all else. Sometimes we believe that we are good and that our heart is the best. Perhaps we are pious and repent of our mistakes before God. Sometimes we are willing to initiate a sincere process of seeking conversions, but do we really want to share our space with people whom we consider to be “different”? Are we absolutely convinced that everyone needs God?

God is a great restorer of justice and wants us to help him by carrying the message of salvation to the very edges of society – and even more to those who hold power.

If we help humanely but do not help to repair hearts with the cleansing Word of God, we only love others by half. Jesus was a true example of dedication and love without limits. He kept company with fishermen, tax collectors, dignitaries, women called sinners, the sick, and the outcasts of society.

Let us remember, as today’s text says, that God loves everyone the same and shows no partiality. Let us then also be faithful imitators of Christ in this manner.

Prayer: Loving God, give us your Spirit to help others to know you. Help us to share your good news just as Jesus did without showing partiality.  Amen.
Translated by John Potter


TODOS SOMOS IGUALES
ROMANOS  2:1-11

“porque para Dios no hay acepción de personas”

Romanos 2:11

En Jeremías 17:9 dice que el corazón es engañoso, más que todo. En ocasiones nos creemos que somos buenos y que nuestro corazón es el mejor. Quizás seamos personas piadosas, y nos arrepentimos ante Dios por nuestros errores. En ocasiones estamos muy dispuestos a iniciar un proceso de conversión sincera; pero ¿aceptamos realmente que personas a las que consideramos “diferentes”, compartan nuestros espacios? ¿Estamos convencidos que de absolutamente todas las personas necesitan a Dios?
Dios es un excelente restaurador de las razones y desea que nosotros le ayudemos a realizar esta labor, llevando el mensaje de salvación hasta los marginados de la sociedad y más aún, hasta los que tienen el poder.
Si ayudamos humanitariamente, pero no ayudamos a reparar los corazones con la Palabra sanadora de Dios, estamos amando a medias. Jesús fue un verdadero ejemplo de entrega y amor sin límites. Él compartió con pescadores, cobradores de impuestos, altos dignatarios, mujeres consideradas pecadoras, personas enfermas, excluidos de su sociedad.
Tengamos presente que, tal y como dice el texto que proponemos para hoy, Dios ama a todos por igual y no hace acepción de personas. Seamos pues fieles imitadores de Cristo en esta perspectiva también.


Oración: Amante Dios, danos de tu Espíritu para hacer que otros te conozcan. Ayúdanos a compartir tu buena noticia tal y como lo hizo Jesús, sin distinción de personas. Amén.


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