Monday, September 26, 2016

Monday, September 26 A PAUSE IN THE MUSIC ROMANS 8:24-32

Monday, September 26
A PAUSE IN THE MUSIC
ROMANS 8:24-32

And we know that in all things
God works for the good of those who love him,
who have been called according to his purpose.
Romans 8:28

Whether or not we are aware of it, we are constantly observed with love by a wise and all-powerful God. Nothing escapes his attention. He can utilize everything, the good as much as the bad, for the good of his sons and daughters. This not only gives us great confidence but also permits us to thank God, even when we don’t understand the ends toward which He works.

I once read the following reflection: “God’s plan forgets nothing. Everything works for the good, including the trials with which we become impatient. The storms which threaten to topple the trees in truth serve to plant their roots more firmly and deeply in the ground. The hammered blows that made the steel brittle – as it was believed – to the contrary allowed it to withstand a measure of tempering that increases its solidity and resistance.

For example, the obligatory period rest because of an illness or through lack of work is compared to a pause in the music.  This interval between the notes isn’t an end of the melody; rather it forms a part of it. Does your walk seem gloomy to you? Don’t forget that if you love the Lord, all things, including the least agreeable, work together for the better.

May we know how to accept, without complaining, all the circumstances that God allows, even the things far beyond our control, such as the weather, the climate, and the character of those around us.

Prayer:  Thank you, my God, for your eternal company. I give you thanks especially today for this meditation, for these words which quiet me and make me trust in your promises more each day. In Jesus’ name.  Amen.

Translated by John Walter


PAUSA EN LA MÚSICA
ROMANOS 8:24-32

Sabemos que los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien
Romanos 8:28

Seamos conscientes de ello o no, continuamente somos observados con amor por un Dios sabio y todopoderoso. Nada escapa a su atención. Todo lo puede utilizar, tanto lo que es bueno como lo que es malo, para el bien de sus hijos e hijas. Esto no solamente nos da una gran confianza, sino que también  nos permite  agradecer a Dios, aun cuando no comprendemos los motivos por los que Él obra.
En una ocasión leí la siguiente reflexión: “El plan de Dios no olvida nada. Todo ayuda para bien, inclusive las pruebas contra las cuales nos impacientamos. Las tempestades que amenazan desarraigar los arboles, en verdad los arraigan más firme y profundamente en el suelo. Los golpes que volvían al acero quebradizo, según se creía, al contrario, lo hacen soportar una clase de temple que aumenta su solidez y resistencia. Por ejemplo, el descanso obligado a causa de una enfermedad o por falta de trabajo, es comparado con una pausa en la música. Este intervalo entre dos notas, no es el fin de la melodía, sino que forma parte de ella. ¿Le parece sombrío el camino? No olvide que si usted ama al Señor, todas las cosas juntas, inclusive las menos agradables, ayudan a su bien.”
Sepamos aceptar, sin quejarnos, todas las circunstancias que Dios permite, aun las cosas tan fuera de nuestra responsabilidad como el tiempo, el clima y el carácter de los que nos rodean.

Oración: Gracias mi Dios, por tu eterna compañía. Gracias te doy especialmente hoy por esta meditación, por estas palabras que me tranquilizan y me hacen confiar cada día más en tus promesas. En el nombre de Jesús. Amén,



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