Thursday, September 22
PUTTING AWAY THE
SUNDAY CLOTHING
JAMES: 23-24
...and after looking at himself, goes away
and immediately forgets what he looks like.
James 1:24
One Sunday, after having preached in my church, my
pastor prayed in a way that started me seriously reflecting about the behavior
we assume when we believers leave worship on Sundays. He prayed saying, “May
the good words we’ve just heard not have the same fate as the clothes I’m
wearing, those that I’m going to put away until next Sunday. On the contrary,
let your truth penetrate our hearts and remain indelible until the last day we
are granted.”
Isn’t this a truth for many of us? We listen to the
Word, and are moved by it – still seated in the pews of our churches – and make
good resolutions; but as soon as we leave, we return to the trappings of our
daily lives like a gearbox, without allotting any space to that secret
meditation, nor to the prayer that asks God to open our eyes so that we might
see the wonders of his Word.
Let us not content ourselves, forgetful listeners,
with being or seeming to be Christians only for a moment, such as on Sundays.
What are we, or, what do we seem to be the rest of the week in our daily lives:
at home, at school, at work or in the neighborhood?
Prayer: Lord, may it
be that after leaving worship we have internalized your teachings in such a way
that we practice them the rest of the week. Amen.
Translated by John Walter
.
GUARDANDO LA ROPA DE LOS DOMINGOS
SANTIAGO 1:23-24
...y se va, y luego olvida cómo era
Santiago 1:24
Después de haber predicado un domingo en mi
iglesia, mi pastor oró de una manera
que me
motivó a reflexionar seriamente sobre el comportamiento que asumimos
cuando los creyentes salimos del culto los domingos. Él oraba diciendo: “Señor, no permitas que las
buenas palabras que acabamos de oír tengan la misma suerte que la ropa que
traigo puesta, a las que voy a guardar
hasta el próximo domingo. Al contrario, haz que tu verdad penetre en
nuestros corazones y permanezca imborrable hasta que último día que nos sea
concedido”
¿No es esta una verdad para muchos de nosotros?
Escuchamos la Palabra, y conmovidos por ella, aun
sentados en los bancos de nuestras iglesias, tomamos buenas resoluciones. Pero
al salir, volvemos a ser atrapados por la vida cotidiana como en un engranaje,
sin dejar lugar a esa secreta meditación, ni a la oración que pide a Dios que
nos abra los ojos para que veamos las maravillas de su Palabra.
No nos contentemos nosotros, oidores olvidadizos,
con ser o parecer cristianos sólo por un momento, como en los domingos. ¿Qué
somos o que parecemos en el resto de la semana en nuestra vida diaria, en la
casa, en la escuela, en el trabajo, en el barrio?
Oración: Señor, permite que cuando salgamos
del culto, hayamos interiorizado de tal manera tus enseñanzas, que caminemos con ella en el resto de la semana. Amén
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