Thursday, September 22, 2016

Thursday, September 22 PUTTING AWAY THE SUNDAY CLOTHING JAMES: 23-24

Thursday, September 22
PUTTING AWAY THE SUNDAY CLOTHING
JAMES: 23-24

...and after looking at himself, goes away
and immediately forgets what he looks like.
James 1:24


One Sunday, after having preached in my church, my pastor prayed in a way that started me seriously reflecting about the behavior we assume when we believers leave worship on Sundays. He prayed saying, “May the good words we’ve just heard not have the same fate as the clothes I’m wearing, those that I’m going to put away until next Sunday. On the contrary, let your truth penetrate our hearts and remain indelible until the last day we are granted.”

Isn’t this a truth for many of us? We listen to the Word, and are moved by it – still seated in the pews of our churches – and make good resolutions; but as soon as we leave, we return to the trappings of our daily lives like a gearbox, without allotting any space to that secret meditation, nor to the prayer that asks God to open our eyes so that we might see the wonders of his Word.

Let us not content ourselves, forgetful listeners, with being or seeming to be Christians only for a moment, such as on Sundays. What are we, or, what do we seem to be the rest of the week in our daily lives: at home, at school, at work or in the neighborhood?

Prayer:  Lord, may it be that after leaving worship we have internalized your teachings in such a way that we practice them the rest of the week. Amen.

Translated by John Walter

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GUARDANDO LA ROPA DE LOS DOMINGOS
SANTIAGO 1:23-24

...y se va, y luego olvida cómo era
Santiago 1:24

Después de haber predicado un domingo en mi iglesia, mi pastor oró  de una manera que  me  motivó a reflexionar seriamente sobre el comportamiento que asumimos cuando los creyentes salimos del culto los domingos. Él  oraba diciendo: “Señor, no permitas que las buenas palabras que acabamos de oír tengan la misma suerte que la ropa que traigo puesta, a las que voy a guardar  hasta el próximo domingo. Al contrario, haz que tu verdad penetre en nuestros corazones y permanezca imborrable hasta que último día que nos sea concedido”
¿No es esta una verdad para muchos de nosotros?
Escuchamos la Palabra, y conmovidos por ella, aun sentados en los bancos de nuestras iglesias, tomamos buenas resoluciones. Pero al salir, volvemos a ser atrapados por la vida cotidiana como en un engranaje, sin dejar lugar a esa secreta meditación, ni a la oración que pide a Dios que nos abra los ojos para que veamos las maravillas de su Palabra.
No nos contentemos nosotros, oidores olvidadizos, con ser o parecer cristianos sólo por un momento, como en los domingos. ¿Qué somos o que parecemos en el resto de la semana en nuestra vida diaria, en la casa, en la escuela, en el trabajo, en el barrio?

Oración: Señor, permite que cuando  salgamos del culto, hayamos interiorizado de tal manera tus enseñanzas, que  caminemos con ella en el resto de la semana. Amén


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