Sunday, September 11, 2016

Sunday, September 11 SAVING WORDS MARK 7: 24-30

Sunday, September 11
SAVING WORDS
MARK 7: 24-30

Then Jesus told her, “For such a reply, you may go; the demon has left your daughter.”

Mark 7:29

It would be very good if, like this woman, we were willing to intercede for another’s needs without getting tired, with the strength and the love with which a mother asks for her daughter to be healed.

It should be clear to us that, in order to achieve good relationships, the way in which we ask others to meet our needs, to a large degree guarantees that we will get what we desire.

The rapidity and the despair in which most of us live today might result in ignoring or refusing help. This story, however, encourages us to make a stop in our lives, in order to listen to the cries of so many who are waiting for us to help them by seeking a solution to their problems, to their illnesses, to their uncertainty.

God has charged us with responding positively to the incessant plea of those around us.

Prayer: Lord, open our ears to the needs of others.  Grant that we be compassionate in the face of another’s pain.  Amen.

Translation by Elisa Menocal

PALABRAS SALVADORAS
MARCOS  7: 24-30

Jesús le dijo: por haberme respondido así,
puedes irte tranquila; el demonio ha salido de tu hija.

Marcos  7: 29

Cuán bueno sería que, como esta mujer, estuviéramos dispuestos a interceder sin cansarnos, por la necesidad del otro, con la fuerza y el amor con que una madre pide salud para su hija.
Debe quedarnos claro que, para el logro de nuestras buenas relaciones, la manera en que pidamos a otros lo que necesitamos, es en gran medida, la garantía de lograr lo que queremos.
La rapidez y la desesperación en que muchos vivimos hoy, puede hacer que nos ignoremos o rechacemos;  sin embargo, esta historia invita a que hagamos un alto en nuestras vidas, para escuchar el clamor de muchos, que hoy esperan que les ayudemos en la solución de sus problemas, de sus enfermedades, de su incertidumbre.
Dios nos ha encargado responder positivamente a la súplica incesante de quienes nos rodean.

Oración: Señor, abre nuestros oídos a la necesidad de otros. Permite que seamos compasivos ante el dolor ajeno. Amén.


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