Sunday, September 25
POISONOUS SNAKES
HEBREWS 3:13
For this is not your
resting place,
because it is
defiled, it is ruined beyond all remedy.
Micah 2:10
A friend who returned
from working in another country told me how that place was infested with
poisonous snakes. To protect oneself from them one had to always be cautious.
No one should lie in the shade of a bush or a rock without having previously
checked to determine that no snakes were present.
We should deal with
sin in the same way. It’s always present. On earth we can never completely
avoid it. It appears in multiple forms, as much inside as outside of us. We are
exposed to them every second. We should ask the Lord to guide our lives and
show us the things that dishonor Him, and thus, when we’re aware that we have
sinned we should immediately confess ourselves before God, praying for His
assistance to not sin again, and also His forgiveness.
Confession also
implies transformation. It’s not enough to recognize the evil we’ve done before
God; we must also hold to the powerful conviction, desire, and attitude to
avoid repeating our sinful behavior because “old
things have passed away. Behold, all is made new.”
Only then will we be
able to live a life that is pleasing, a life not just content with avoiding
evil, but one that finds joy in seeking the good and in accomplishing it for
the love of God and of our neighbor.
Prayer: Lord, today we ask
for reconciliation and forgiveness. Many are the errors we commit each day.
Help us to remove ourselves from all that hurts or damages your creation. Let
us constantly be revising our actions, our words, so that everything we may do
or say glorifies you. Renew us in pursuit of you. Amen.
Translated by John Walter
SERPIENTES
VENENOSAS
HEBREOS
3:13
No
es este el lugar del reposo,
pues
está contaminado, corrompido grandemente
Miqueas
2:10
Un
amigo que volvió de trabajar en otro país me contaba como ese lugar estaba infectado de serpientes
venenosas. Para protegerse de ellas, era necesario estar siempre prevenidos.
Nadie debía tenderse a la sombra de un matorral o de una roca sin haber verificado
previamente si no había serpientes.
Debemos
tratar el pecado de la misma manera. Siempre está presente. En esta tierra
nunca podremos evitarlo completamente. Aparece bajo múltiples formas, tanto en
el interior de nosotros mismos como en el exterior. A cada instante estamos
expuestos a ellos. Debemos pedirle al Señor que conduzca nuestras vidas y nos
muestre las cosas que le deshonran. Y así, cuando tengamos conciencia de que hemos pecado, debemos inmediatamente
confesarnos ante Dios, rogando su ayuda para no volver a pecar y también su
perdón. La confesión implica también la transformación. No basta con reconocer
ante Dios el mal que hemos hecho, sino aferrarnos a la fuerte convicción, deseo
y actitud de no repetir nuestra conducta pecaminosa, porque “las cosas viejas
pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”
Solo
entonces podremos vivir una vida que sea agradable, una vida que no se contente
con evitar el mal, sino que encuentre su gozo en buscar el bien y en cumplirlo
por amor a Dios y a nuestro prójimo.
Oración:
Señor, te pedimos en este día por reconciliación y
perdón. Muchos son los errores que cometemos diariamente. Ayúdanos a
despojarnos de todo lo que nos lastima o daña a tu creación. Permite que
estemos constantemente revisando nuestras acciones, nuestras palabras, para que
todo lo que hagamos y digamos te glorifique. Renuévanos en pos de ti. Amén.
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