Tuesday, September 27
Anniversary of the church
“Dora Valentín” (Varadero)
ONLY ONE LIFE FOR
SERVING THE LORD
1 SAMUEL 9:27
Jesus said to him,
follow me.
John 21:22
Nowadays it is a common thing for a person to begin a new profession
after having worked for many years in another. But in our Christian career,
when we come to the end of our lives and realize that we have neglected the
task of serving the Lord, we don’t have the possibility of starting over again,
and so we feel remorse when we take stock of the passed years.
The Lord does not entrust the same service to
all believers; he distributes them wholly according to his will. Not everyone
receives a capacity of service of the same magnitude from him; but although it
may be the smallest and most humble, one has the duty of being a faithful
witness wherever one finds oneself. We’re not dealing with a job that we should
complete out of obligation, but of a vision, perhaps unclear, that the Lord
asks us to complete for Him with joy, today and all the days until his return.
Will we allow the days, the months, and the
years to pass while worrying about nothing more than assuring our comforts,
instead of responding to the calls of our Master so that we might follow and
serve him?
As disciples of the Lord, today we should also
reflect upon what he expects from each of us: humbly
serve him, and with love, in whatever service He may have entrusted to us.
Prayer: Thank you, my good God, for being able to
serve you. Thank you for the opportunity you give us to work for you. Amen.
Translated by
John Walter
Aniversario de
la Iglesia “Dora Valentín” (Varadero)
SOLO UNA VIDA
PARA SERVIR AL SEÑOR
1 SAMUEL 9:27
Jesús le dijo: … Sígueme tú
Juan 21:22
Actualmente es común que
después de haber ejercido durante algún tiempo una profesión, se empiece con
otra. Pero en nuestra carrera cristiana cuando llegamos al fin de nuestras
vidas y reconocemos haber descuidado la tarea de servir al Señor, no tenemos
posibilidades de volver a empezarla.
Entonces sentimos pesar al hacer el balance de los años pasados.
El Señor no confía el mismo
servicio a todos los creyentes. Los distribuye soberanamente según su voluntad.
No todos reciben de Él una capacidad de servicio de la misma magnitud. Pero
aunque sea el más pequeño o el más humilde, uno tiene el deber de ser un testigo fiel donde se encuentre. No
se trata de un trabajo que debemos cumplir por obligación, sino de una misión,
quizás oculta, que el Señor nos pide llevar a cabo para Él con gozo, hoy y
todos los días hasta su regreso.
¿Dejaremos pasar los días, los meses y los años sin preocuparnos más por asegurar nuestras comodidades que por
responder a los llamados de nuestro Maestro para que le sigamos y le sirvamos?
Nosotros también como
discípulos del Señor, hoy debemos reflexionar sobre lo que Él espera de cada
uno de nosotros: que le sirvamos humildemente y con amor en cualquiera que sea el servicio que Él
nos haya encomendado.
Oración: Gracias
mi buen Dios, por poder servirte.
Gracias por la oportunidad que nos das de trabajar para ti. Amén.
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