Saturday, June 30, 2018

Saturday, June 30 HOW CHRIST ACCEPTED US ROMANS 15:7-13


Saturday, June 30
HOW CHRIST ACCEPTED US
ROMANS 15:7-13

Accept one another, then, just as Christ
accepted you, in order to bring praise to God.

Romans 15:7 (NIV)

When people around us see us contented, it seems as if we were revived. When others recognize our peculiarities, we were liberated. And when we are welcomed and accepted, we are happy. We need acceptance just like a bird needs air or a fish water. Acceptance is humankind’s air. When we lack acceptance, the air becomes rare, breathing stops, and we atrophy. So we are thrown back by a look of indifference. Slights hurt us. Rejection drowns us.

It is easy to get along with persons who are like us and do what we want. But it is hard to accept those who are different from us and want something different.

Accept one another, just as Christ accepted you. If we respond to this call we can accept others as they are, so that we can feel compassion and empathy for our neighbor, and not only our neighbor, but also for strangers. Therefore we are going to try to forget ourselves to concentrate on a single question: How and in what manner did Christ accept us? The response is the key to our acceptance of one another.

Prayer: Lord, please be with those who need your help and a little encouragement. Enable us to be accepting, and to receive others as you have accepted us. Amen.


 Translation by George Meek





COMO CRISTO NOS RECIBIÓ
ROMANOS  15:7-13

Por tanto, recíbanse unos a otros,
como también Cristo nos recibió, para la gloria de Dios

Romanos 15:7

Cuando las personas a nuestro alrededor nos ven contentos, parece como si reviviéramos. Cuando los demás nos reconocen con nuestras peculiaridades, nos liberamos. Y allí es donde nos sentimos acogidos y aceptados, nos sentimos felices. Las personas necesitamos la acogida igual que el pájaro necesita el aire o el pez el agua. La acogida es la atmósfera de la humanidad. Allí donde falta la acogida, el aire se enrarece, la respiración se paraliza y nos vamos atrofiando. De ahí que la mirada indiferente nos eche atrás. De ahí que los desaires nos hieran. De ahí que el rechazo nos hunda humanamente.

Nos cuesta poco acogernos mutuamente cuando las demás personas son como nosotros y hacen lo que nosotros queremos. Pero nos resulta costoso acoger a aquellos que son diferentes de nosotros y quieren algo distinto.

Recíbanse unos a otros, como también Cristo nos recibió. Si respondemos a este llamado podremos acoger al otro y a la otra tal y como es, de modo que lleguemos a sentir misericordia y empatía por nuestro prójimo, y no sólo por nuestro prójimo, sino también por el lejano, o el extraño. Por eso vamos a intentar olvidarnos de nosotros  mismos  para concentrarnos exclusivamente en una pregunta: ¿Cómo y de qué manera nos acogió Cristo? La respuesta es la clave para recibirnos y acogernos mutuamente.

Oración: Señor, te pedimos que acompañes a aquellos que necesitan de tu ayuda y de un poco de ánimo. Permítenos ser acogedores, y recibir a los demás así como tú lo has hecho con nosotros. Amén.

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