Saturday, June 9
THE
DECISION TO FORGIVE
GENESIS
33:1-15
But
Esau ran to meet Jacob and embraced him;
he
threw his arms around his neck and kissed him.
And
they wept. (NIV)
Genesis
33:4
Long
before Esau saw Jacob’s clan, which he was approaching, he had decided to
forgive his conniving brother. Jacob had hurt Esau so much that he had decided
to kill him. That’s why Jacob fled into exile, and for many years the brothers
had no contact.
Evidently
Jacob had imagined the worst: a furious brother who would take his and all his
family’s lives. Jacob approached Esau cautiously, in reverence, and with gifts
to placate his brother. But this position was unnecessary, because Esau had
already decided to forgive. Without waiting for Jacob’s excuses, Esau ran
towards him and threw his arms around him and kissed him.
The
decision to forgive had freed Esau, although assuredly it wasn’t an easy
decision. Why is it so difficult to forgive? Given that we’ve been made in the
image of God, justice interests us a great deal. If it’s true that the
forgiveness that God offers us is free, it was costly; since Christ paid the
penalty on the cross God can forgive us and still be just.
When
others sin against us forgiveness is also costly. Our sense of justice also
demands that they pay for their sin. As much as we might want to reconcile
ourselves, we cannot ignore the offense. Nevertheless, given that we remember
that God forgives us when we don’t merit it, we too can choose to forgive others.
Love is always disposed to forgive.
Prayer: Holy
Spirit, bring to my mind any unresolved problem with people around me, and I ask
that you help me to deeply forgive from my heart. Amen.
Translation
by John Walter
LA DECISIÓN DE PERDONAR
GÉNESIS 33:1-15
Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó,
y se echó sobre su cuello,
y le besó; y lloraron.
Génesis 33:4
Mucho antes de que Esaú viera al clan de Jacob que se acercaba, había
decidido perdonar a su hermano confabulador. Jacob había herido tanto a Esaú,
que este había resuelto matarlo. Es por ello que Jacob huyó al exilio, y por
muchos años los hermanos no tuvieron contacto.
Evidentemente Jacob había imaginado lo peor: un hermano furioso que le
quitaría la vida a él y a todo su clan familiar. Jacob se acercó a Esaú
cautelosamente, en reverencia y con regalos para aplacar a su hermano. Pero su
postura fue innecesaria, porque Esaú ya había decidido perdonar. Sin esperar
las disculpas de Jacob, Esaú corrió hacia él y echándole los brazos al cuello
lo abrazó y lo besó. La decisión de perdonar había hecho libre a Esaú, aunque
seguramente no fue una decisión fácil.
¿Por qué nos cuesta tanto trabajo perdonar? Puesto que hemos sido hechos a
la imagen de Dios, nos interesa mucho la justicia. Si bien el perdón que Dios
nos ofrece es gratis, fue costoso. Debido a que Cristo pagó en la cruz el
castigo, Dios puede perdonarnos y aun así ser justo.
Cuando otros pecan contra nosotros, el perdón también es costoso. Nuestro
sentido de la justicia también demanda que paguen por su pecado. Por más que
queramos reconciliarnos, no podemos ignorar la ofensa. Sin embargo, puesto que
recordamos que Dios nos perdonó cuando no lo merecíamos, nosotros también
podemos elegir perdonar a otros. El amor está siempre dispuesto a perdonar.
Oración: Espíritu Santo, trae a mi mente
cualquier problema sin resolver con las personas que me rodean, y te pido me
ayudes a perdonar profundamente y de corazón. Amén.
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