Sunday, June 3
HANNAH: MOTHER OF
FAITH
1 SAMUEL 1:9-16
Do not regard your
servant as a worthless woman,
for I have been
speaking out of my great anxiety and vexation all this time.
1 Samuel 1:16 (NRSV)
“The person
who is satisfied with life and with the world around him rarely prays.” But
Hannah wasn’t in that situation; she wasn’t happy because she had no child; but
neither did she agree with the world around her who despised her for being
barren. That is why she approached the Lord in the Temple She was deeply distressed and prayed to the LORD and wept bitterly. (1:10)
She recognizes that only God’s power can help her, and she seeks and asks God
for it. But let’s see how she makes her request: Hannah was praying silently; only her lips moved, but her voice was not
heard . . . (1:13) Her pain and her faith are so profound that her lips do
not betray the prayer of her heart.
I know,
from experience with my son, that prayer that carries faith, a sincere
acceptance of your will not mine be done,
and great pain puts us in a deep communication with our God. It’s not in a
temple like Hannah, but on a bus, walking to the store, doing daily tasks, even
without moving our lips, our petition is constantly in our hearts.
Hannah made
her prayer and her vow (1:11) and afterwards she was sad no longer. (1:18) Why? Because her prayer erased the fear
of the human heart and replaced it with trust. Hannah trusted in the Lord.
Prayer: Lord, let us learn that through faithful prayer the doors
are opened to us through which we may overcome all difficulty. Amen.
Translation by John Potter
ANA: MUJER DE FE
1 SAMUEL 1:9-16
No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por
la magnitud de mis congojas y de mi aflicción, he hablado hasta ahora
1 Samuel 1:16
“La persona que se
siente satisfecha con su vida y con el mundo que le rodea, rara veces ora”.
Pero Ana no estaba en esa situación; no se sentía feliz, le faltaba un hijo;
tampoco estaba de acuerdo con el mundo que la rodeaba, era despreciada por ser
estéril, por eso acude al Señor y la vemos en el Templo orando con amargura de alma (Ver. 10) Reconoce que sólo el poder de
Dios puede venir en su ayuda y lo busca y le pide a Él. Pero veamos cómo hace
su petición: Hablaba su corazón y
solamente se movían sus labios y su voz no se oía (Ver. 13) Su dolor y su
fe son tan profundos que sus labios no traducen la oración de su corazón. Sé,
por la experiencia vivida con mi hijo, que la oración que lleva fe y una
aceptación sincera de: hágase tu voluntad
y no la mía, y un gran dolor, nos hace estar en una gran comunicación con
nuestro Dios, no en un templo como Ana, sino en una guagua, caminando hacia la
bodega, haciendo los quehaceres diarios, aun sin mover nuestros labios, nuestra
petición está constante en nuestros corazones. Ana hace su petición y su voto
(Ver. 11) y después se va Y no estuvo más
triste (Ver. 18) ¿Por qué? Porque la oración elimina el temor del corazón
humano y en su lugar deposita confianza. Ana confiaba en Yahvé.
Oración: Señor nuestro, permítenos entender que, por
medio de la oración de fe, se nos abren las puertas para sobreponernos a toda
dificultad. Amén.
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