Sunday, June 3, 2018

Sunday, June 3 HANNAH: MOTHER OF FAITH 1 Samuel 1:9-16


Sunday, June 3
HANNAH: MOTHER OF FAITH
1 SAMUEL 1:9-16

Do not regard your servant as a worthless woman,
for I have been speaking out of my great anxiety and vexation all this time.

1 Samuel 1:16 (NRSV)
            “The person who is satisfied with life and with the world around him rarely prays.” But Hannah wasn’t in that situation; she wasn’t happy because she had no child; but neither did she agree with the world around her who despised her for being barren. That is why she approached the Lord in the Temple She was deeply distressed and prayed to the LORD and wept bitterly. (1:10) She recognizes that only God’s power can help her, and she seeks and asks God for it. But let’s see how she makes her request: Hannah was praying silently; only her lips moved, but her voice was not heard . . . (1:13) Her pain and her faith are so profound that her lips do not betray the prayer of her heart.
            I know, from experience with my son, that prayer that carries faith, a sincere acceptance of your will not mine be done, and great pain puts us in a deep communication with our God. It’s not in a temple like Hannah, but on a bus, walking to the store, doing daily tasks, even without moving our lips, our petition is constantly in our hearts.
            Hannah made her prayer and her vow (1:11) and afterwards she was sad no longer. (1:18) Why? Because her prayer erased the fear of the human heart and replaced it with trust. Hannah trusted in the Lord.

Prayer: Lord, let us learn that through faithful prayer the doors are opened to us through which we may overcome all difficulty. Amen.

Translation by John Potter

ANA: MUJER DE FE
1 SAMUEL 1:9-16

No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción, he hablado hasta ahora
1 Samuel 1:16

“La persona que se siente satisfecha con su vida y con el mundo que le rodea, rara veces ora”. Pero Ana no estaba en esa situación; no se sentía feliz, le faltaba un hijo; tampoco estaba de acuerdo con el mundo que la rodeaba, era despreciada por ser estéril, por eso acude al Señor y la vemos en el Templo orando con amargura de alma (Ver. 10) Reconoce que sólo el poder de Dios puede venir en su ayuda y lo busca y le pide a Él. Pero veamos cómo hace su petición: Hablaba su corazón y solamente se movían sus labios y su voz no se oía (Ver. 13) Su dolor y su fe son tan profundos que sus labios no traducen la oración de su corazón. Sé, por la experiencia vivida con mi hijo, que la oración que lleva fe y una aceptación sincera de: hágase tu voluntad y no la mía, y un gran dolor, nos hace estar en una gran comunicación con nuestro Dios, no en un templo como Ana, sino en una guagua, caminando hacia la bodega, haciendo los quehaceres diarios, aun sin mover nuestros labios, nuestra petición está constante en nuestros corazones. Ana hace su petición y su voto (Ver. 11) y después se va Y no estuvo más triste (Ver. 18) ¿Por qué? Porque la oración elimina el temor del corazón humano y en su lugar deposita confianza. Ana confiaba en Yahvé.

Oración: Señor nuestro, permítenos entender que, por medio de la oración de fe, se nos abren las puertas para sobreponernos a toda dificultad. Amén. 



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