Saturday, October 19
HOW
CAN I PLease GOD?
Romans
4:13, 16 – 18
Abram trusted the Lord,
and the Lord recognized Abram’s high moral character.
Genesis 15:6 (CEB)
The life of Abraham is
worthy of the deepest attention for Christians, in view of the ways in which
God is revealed, in view also of the formation of his character under the
circumstances in which God tested him.
Dr. Warren W. Wiersbe
wrote this on the topic: Abraham did
not have a Bible he could read; he only had the promise of God. As a believer he was almost alone, surrounded
by unbelieving pagans. He could not look
back to a long history of faith; in effect, he helped to write this
history. Nevertheless, Abraham believed
in God. The people of today have a
complete Bible that they can read and study, partners in the church, and can
look behind at centuries of faith written about the history of the church and
in the Bible. Nevertheless, many refuse
to believe.
Abraham pleased God in
the same way that we can: through faith. He simply trusted in the Word of God, he didn’t
walk by sight, but by believing that God would fulfill all that God
promised. In order to please God we have
to believe him. I am amazed at the love
of God: salvation reaches everyone.
The test is the fact that Abraham has been justified by grace, much
before the Law ever existed.
The poet Miguel de Unamuno must have a similar
feeling when he chose to end his poem Redemption like this:
Not by your works your
treasures measure
But that the soul of
faith pure in payment
Lifts up mercy to its
falls.
Prayer: God of all grace, my heart yearns to please
you, to please you, beloved Father. Allow
me to always keep in mind that the only thing needed for this is to believe in
you. Amen.
¿Cómo puedo
complacer a Dios?
Romanos 4:13, 16 – 18
Y
creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
Génesis 15:6
La
vida de Abraham es para el cristiano digna de la más profunda atención, en
vista de las maneras en que Dios se le reveló, en vista también de la formación
de su carácter bajo las circunstancias en que Dios lo probó.
El Dr.
Warren W. Wiersbe al respecto escribió: Abraham no tenía Biblia que pudiera
leer; solo tenía la promesa de Dios. Como creyente casi estaba solo, rodeado de
paganos incrédulos. No podía mirar hacia atrás a una historia larga de fe; en
efecto, él ayudó a que se escribiera esta historia. Sin embargo, Abraham creyó
a Dios. La gente hoy en día tiene Biblia completa que puede leer y estudiar,
compañeros en la iglesia, y puede mirar hacia atrás a siglos de fe escrita en
la historia de la iglesia y en la Biblia. Sin embargo, muchos rehúsan creer.
Abraham
agradó a Dios de la misma manera que nosotros: mediante la fe. Él sencillamente
confió en la Palabra de Dios, no andaba por vista, sino creyendo que todo lo
que Dios promete, lo cumple. Para agradar a Dios tenemos que creerle. Me
maravillo del amor de Dios: la salvación está al alcance de todas y todos. Lo
prueba el hecho de que Abraham haya sido justificado por gracia, mucho antes
que existiera la Ley.
El
poeta Miguel de Unamuno debió tener un sentimiento similar cuando escogió
culminar su poema Redención:
No por
tus obras tus tesoros midas,
Sino
que el alma de fe pura en pago,
Se
levanta merced a sus caídas.
Oración: Dios
de toda gracia, mi corazón anhela agradarte, complacerte Padre amado. Permite
tenga presente siempre que lo único necesario para eso es creer en ti. Amén.
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