Thursday, October 17
JUSTIFIED BY HIS GRACE
Romans 3:21-30
..but all are treated as
righteous freely by his grace because of a ransom
that was paid by Christ Jesus.
Romans 3:24 (CEB)
Paul, previously a fanatic
Pharisee, persecutor of Christians, fulfiller of the law; now, by the saving
grace of Jesus Christ, after a dramatic encounter with Him, has understood the
truth, prophesied since the old days: We are not justified by the works of the
law, but by the precious blood poured out on the cross of Calvary, through
faith. The just will live by faith,
and not like the ancient scriptures: he who fulfills the law will live.
The apostle to the
nations is concerned about the new community in Rome, that he has not founded,
given that the Jewish Christians wanted to introduce circumcision and other
laws of Moses. Paul wrote this eternally
valid letter: We do not need the law, nor
works. God shows us how we can be
justified: only by faith in Jesus
Christ, believing in his sacrifice. In
him there is no distinction due to ethnicity or social class, eliminating any
pride over fulfilling the law, or empty rituals that cannot bring true
redemption. The grace and mercy of God
offers us something that the law cannot give: salvation. The law only has value in teaching us that
which is evil, and our works are simply a grateful answer to God for all the
love shown in his Son. Thus, we are not
only hearers, but also doers of his Word and we discard all boasting.
Prayer: Lord, teach us that only your wounds have
merit and through them, by faith, we can be justified before you. Amen
justificados por su gracia
Romanos 3:21-30
Siendo
justificados gratuitamente por su gracia,
mediante
la redención que es en Cristo Jesús.
Romanos
3:24
Pablo,
antes fanático fariseo, perseguidor de los cristianos, cumplidor de la ley;
ahora, por la gracia salvadora de Jesucristo, después de un dramático encuentro
con Él, ha comprendido la verdad, profetizada desde los remotos tiempos: No
somos justificados por las obras de la ley, sino por la sangre preciosa
derramada en la cruz del Calvario, mediante la fe. El justo por la fe vivirá,
y no como decían las antiguas escrituras: el que cumple la ley vivirá.
El
apóstol de las naciones está preocupado por la naciente comunidad de Roma, que
él no ha fundado, dado que cristianos procedentes del judaísmo querían
introducir la circuncisión y otras leyes de Moisés. Pablo escribe esta carta
eternamente vigente: No necesitamos la ley, ni las obras, Dios nos muestra cómo
podemos ser justificados: solo por la fe en Jesucristo, creyendo en su
sacrificio. En él ya no hay distinción de etnias o clase social, se eliminan
los orgullos sobre el cumplimiento de la ley, de rituales vacíos que no podían
traer verdadera redención. La gracia y la misericordia de Dios nos ofrecen eso
que la ley no nos puede dar: la salvación. La ley sólo tiene el valor de
enseñarnos lo que está mal y nuestras obras son una respuesta agradecida a Dios
por tanto amor mostrado en su Hijo. Así que seamos no solo oidores, sino
también hacedores de su Palabra y desechemos toda vanagloria.
Oración:
Señor, enséñanos que sólo tus heridas tienen mérito y que, mediante ellas, a
través de la fe, podemos ser justificados ante Ti. Amén.
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