Saturday, December 21
SHARED JOYS
LUKE 1: 39-45
At that time Mary got ready and hurried
to a town in the hill
country of Judea. (NIV)
Luke 1: 39b
Mary recently learned
the news that she’d be a mother. She was considered so special that no one kept
track of her; rather, she left in a hurry to visit her cousin who was also
pregnant, and this was a pleasant tiding for Mary. Her cousin Elizabeth, perhaps,
was her confidant, the most special person for her, with whom she wanted.to
share her joy personally. It seems that Elizabeth was so happy with the arrival of
her cousin that even the child in her womb jumped.
It’s always good to
have someone to share our joys with. Let’s not keep concealed inside us what
makes us happy. There will always be
someone to share our joys. Let’s live in such a manner that other people want
to come quickly to our sides to celebrate and share an important motive. Let’s
be open doors, that even our interior may jump for joy; that the happiness of
others around us be ours as well.
The blessings of God are
to be shared. Then let us testify, and also rejoice with those who rejoice
themselves, as the Scripture exhorts us.
Prayer: God of our joys, may
we be for others a faithful testimony of the blessings you give us. Amen.
Translation by John Walter
ALEGRÍAS
COMPARTIDAS
LUCAS
1: 39-45
María se
fue de prisa a un pueblo de la región
montañosa
de Judea
Lucas 1: 39b
María recién supo la noticia de que
sería madre. La consideraba tan especial que no se la guardó para ella, sino
que fue de prisa a visitar a su prima, quien también estaba embarazada y era
una grata noticia así para María. Isabel tal vez era su confidente, la persona
más especial para ella, con quien quería compartir su alegría personalmente.
Isabel parece que se puso tan alegre con la llegada de su prima que hasta la
criatura saltó en el vientre.
Siempre
es bueno tener a alguien con quien compartir nuestras alegrías. No guardemos en
nuestro interior aquello que nos hace felices. Siempre habrá alguien que
comparta nuestras alegrías. Vivamos de tal manera que otras personas quieran ir
rápidamente a nuestro encuentro a celebrar
y compartir un motivo importante. Seamos de puertas abiertas, que hasta
nuestro interior salte de alegría, que la felicidad de quienes nos rodean sea
la nuestra también.
Las
bendiciones de Dios son para ser compartidas. Testifiquemos, pues, y también
gocémonos con quienes se gozan, como nos exhortan las Escrituras.
Oración:
Dios de nuestras alegrías, permite que podamos ser
para otras personas fiel testimonio de las bendiciones que tú nos proporcionas.
Amén.
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