Thursday, May 28
THE NEARLY ETERNAL BLACKOUT
PHILIPPIANS 2:12-18
And God said, let
there be light, and there was light
Genesis 1:3
The idea that any times in the past were better than ours today
is an old one.
Jorge Manrique laconically expresses in one of the stanzas
written on the occasion of his father’s death: “Any past time was better.”
The idea of a persistent “perverse generation” suggests a
possibly undeniable separation existing between the world that should be
according to Christian doctrine and the planet that in reality is, a continual
contrast which divides the real from the ideal.
It is God who is working in us through our desire as much as
through our doing. Creation in human beings doesn’t end at birth; God continues
creating in us despite ourselves, to the extent that we are able to place
ourselves in his hands.
We don’t look to the past as an excuse for our lack of
consecration and commitment in the present. We have been called to radiate the light
of the world, Jesus Christ; this we cannot hide despite our “darkness”.
Jesus said, “I am the light of the world,” the only way to avoid
the apparent “eternal blackout”.
Prayer: Lord, let us be participants
in the light of the world, Jesus Christ. Amen.
EL CASI ETERNO APAGÓN
FILIPENSES 2:12-18
Y dijo Dios: Sea la luz y fue la luz.
Génesis 1:3
La idea de que cualquier
tiempo pasado fue mejor que el nuestro, es vieja. Jorge Manrique expresa
lacónicamente en una de las coplas escritas por la muerte de su padre:
“Cualquier tiempo pasado fue mejor”. La idea de una eterna “perversa
generación” quiere darnos una prueba casi innegable de la separación que existe
entre el mundo que debe ser según la doctrina cristiana y el planeta que en su
realidad es. El continuo contraste entre lo real y lo ideal.
Es Dios el que obra en nosotros tanto el querer
como el hacer. La creación en el ser humano no termina con el nacimiento; Dios
sigue creando en nosotros y a pesar de nosotros; en la medida en que somos
capaces de ponernos en sus manos. No miremos, pues, al pasado como una excusa
por nuestra falta de consagración y entrega en el presente. Hemos sido llamados
a irradiar la luz del mundo que es Jesucristo, la cual no podemos esconder a
pesar de nuestra “oscuridad”.
Jesús dijo “Yo soy la luz del mundo,” el único
camino para evitar el aparente “eterno apagón”.
Oración: Permite, Señor, que seamos partícipes de la luz
del mundo, Jesucristo. Amén.
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