Sunday, May 24
Pentecost Sunday
THE
SPIRIT OF THE LORD IS OVER ME
JOHN 20: 19-23
As the father has
sent me, so will I send you.
John 20:
21b
On Pentecost Jesus finishes what he had presented to the Father
in prayer: “As you have sent me into the
world, so have I sent them into the world” (John 17:18).The peace Jesus
gives his fearful disciples is much more than just a greeting. Jesus sends them
to continue an as yet incomplete mission, saying to them, “Receive the Holy Spirit”.
The Holy Spirit is the force of God sent to complete the mission
of the church. The Holy Spirit is the great treasure Jesus transmits to us: No one can call Jesus ‘Lord’ –
confession which constitutes the Christian community – if it is not through the Holy Spirit (I Corinthians 12:3).
Furthermore, the Spirit confers diverse gifts for the good of the whole
community. However, the gifts are not an end unto themselves, because the gifts
of the Spirit don’t exist without both commission and mission.
Nothing is more needed today for humanity than peace. Therefore,
an important service Christians can accomplish now is to unmask the selfishness,
structures, mechanisms, rules, and models which contrive to keep mankind from
living in peace. The Spirit that blew at Pentecost never brought peace, rather
its gusts shepherded in truth and justice.
Prayer: Holy Spirit, come and light
in us the fire of your love. Renew our lives and give us the peace we so need. Amen.
Translation by
John Walter
Domingo de Pentecostés
EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ
JUAN 20:19-23
Como el Padre me envió, también yo los envíos a ustedes.
Juan 20:21b
En Pentecostés Jesús cumple lo que había presentado al
Padre en oración: “Tal como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado
al mundo” (Juan 17:18). La paz que Jesús da a sus discípulos temerosos es
mucho más que un saludo. Jesús les envía a continuar una misión todavía
inacabada, diciéndoles: “Reciban el Espíritu Santo”.
El Espíritu Santo es la fuerza de Dios para cumplir la misión de la Iglesia.
El Espíritu Santo es el gran tesoro que Jesús nos transmite. "Nadie
puede llamar ‘Señor’ a Jesús -confesión que constituye a la comunidad
cristiana-, si no es por el Espíritu Santo" (1 Co 12:3). Además, el
Espíritu concede diversos dones para bien de toda la comunidad. Pero los dones
no son un fin en sí mismo, no hay don del Espíritu sin envío, sin misión.
Y nada hay en estos momentos que necesite tanto la humanidad como la paz.
Por eso un servicio importante que los cristianos pueden hacer al mundo de hoy
es desenmascarar los egoísmos, estructuras, mecanismos, pautas, modelos, por
los que las personas no pueden vivir en paz. El Espíritu que sopló en
Pentecostés nunca construye la paz sino sobre la verdad y sobre la justicia.
Oración: Espíritu Santo, ven y enciende en nosotros el fuego de tu amor. Renueva
nuestras vidas y concédenos la paz que tanto necesitamos. Amén.
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