April 1, Friday
JOB’S FAITH
I PETER 1:7-9
“For you are
receiving the end result of your faith;
the salvation of your
souls.”
I Peter 1:9
Job’s story is well
known, his faith and patience; and that’s why I propose this meditation for the
beginning of the trimester. I’d very much like, even without considering what
the passing of days may have in store, for Job’s admirable patience and
unbreakable faith to always be with us.
This man had lost
everything: his children, his cattle and his house. He suffered from a grave
illness that inflicted his body from head to foot. His wife encouraged him to
curse his God. His friends accused him instead of comforting him. But even
engulfed in that difficult situation, Job cries out: “I know my Redeemer lives,
and my eyes will see him.” (Job 19: 25, 27)
What admirable faith
shines in Job! He had lost everything, but God was still with him. He knew he
had a Redeemer, a live Savior in whom he could trust. He possessed unshakeable
security and a shatterproof trust in God.
What an example for
us!
Today we have the
Bible, the word of God and the Holy Spirit who helps us understand it. We have
the privilege as Christians to know God through our Lord, Jesus. Let’s always
dedicate ourselves, on happy as well as on difficult days, to feed our soul
with this great hope: Our Redeemer lives!
Prayer: Thank
you God for Job’s faith which serves as an example. Grant that our faith were
at least like a mustard seed. Amen.
Translated by John Walter
LA FE DE JOB
I PEDRO 1:7-9
“obteniendo
el fin de vuestra fe,
que es
la salvación de vuestras almas”
I Pedro 1:9
Es bien conocida la historia de Job, su fe y su
paciencia; y es por eso que propongo esta meditación para el comienzo del
trimestre. Me gustaría mucho que, sin importar lo que nos deparara el
transcurso de los días, siempre nos acompañara esta fe inquebrantable y la
paciencia admirable de Job.
Este hombre lo había perdido todo: sus hijos, su
ganado y su casa. Padecía de una enfermedad muy grave que lo hacía sufrir de
los pies a la cabeza. Su mujer lo animó a maldecir a su Dios. Sus amigos, en
vez de animarlo, lo acusaban. Pero en medio de esa situación tan difícil, Job
exclamó: “Yo sé que mi Redentor vive…
y mis ojos lo verán” (19:25,27)
¡Qué admirable fe brillaba en Job! Lo había perdido
todo, pero le quedaba Dios. Sabía que tenía un Redentor, un Salvador vivo en
quien confiar. Poseía una gran su seguridad y una inquebrantable confianza en
Dios.
¡Qué ejemplo para nosotros! Hoy tenemos la Biblia,
la Palabra de Dios y el Espíritu Santo que nos ayuda a comprenderla. Como
cristianos, tenemos el privilegio de conocer a Dios a través de nuestro Señor
Jesús. Dediquémonos en todo tiempo, tanto en los días felices como en los días
difíciles, a alimentar nuestra alma con esta gran esperanza: ¡Nuestro Redentor
vive!
Oración: Gracias Dios,
por esta fe de Job que tenemos de ejemplo. Ojalá la nuestra fuese al menos como
un grano de mostaza. Amén.
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