Monday, April 11, 2016

April 11, Monday FEAR & FAITH PSALM 27:1-6

April 11, Monday
FEAR & FAITH
PSALM 27:1-6

“The Lord is my light and my salvation –
Whom shall I fear?”
Psalm 27:1

Fear makes us lose vitality and is the cause of many nervous disorders.

Recent investigations have demonstrated that many of our infirmities and symptoms are based on states of mind which express themselves in our bodies in a particular way. Fear is one of the mental states that provoke great chaos in human bodies. Therefore it’s not strange that people who live in a state of fear never feel well. I remember that in a past stage of my life, fear invaded me constantly, and a friend offered me the following words that I now share with you:

“Many believe themselves to live, when in reality they don’t live. They fear the responsibilities, quarrels, and risky ventures life offers them. They fear sickness, poverty, loss of comfort; they fear danger and the passion of sacrifice. They come to be frightened of the exaltation of a pure and noble love; they fear social change. They don’t dare to venture into life’s deep waters. They fear this world, and even more, they fear the after-life. With such an attitude no one can even remotely feel well.” 
Fear makes any enjoyment of life impossible. Nevertheless, faith can help us to fight against the misfortunes that present themselves to us in gigantic proportions, or it can give us the strength to move mountains that hinder our harmonious relationship with God. The human being possessed of faith can feel deep joy during the most disastrous circumstances, but the fearful person will be cheerless under the same skies.

Prayer:  Help us, Lord. Give us faith to reject fear. Amen.

Translated by John Walter

EL TEMOR Y LA FE
SALMO 27:1-6
“Jehová es mi luz y mi salvación. ¿De quién temeré?”
Salmo 27:1
El temor nos hace perder la vitalidad y es causa de muchos desórdenes nerviosos.
Investigaciones recientes han demostrado que muchas de nuestras enfermedades y síntomas tienen su base en estados de la mente que se expresan en nuestro cuerpo de manera particular.  Uno de esos estados mentales que provocan grandes caos en el cuerpo humano es el temor. No  es de extrañar, por tanto, que las personas que siempre están temerosas nunca se sientan bien.  Recuerdo que en una etapa de mi vida pasada, me invadía un constante temor y un amigo me facilitó las siguientes palabras que ahora comparto con ustedes:
“Muchos creen vivir cuando en verdad no viven. Temen las responsabilidades, luchas, aventuras, no sin riesgo, que la vida les ofrece. Temen la enfermedad, temen la pobreza, temen perder la comodidad, temen el peligro, temen la pasión del sacrificio. Llegan a asustarse de la exaltación de un puro y noble amor, temen un cambio social. No se atreven  a dar una zambullida en los bajos fondos de la vida. Temen  a este mundo y todavía más al de ultratumba. En tal actitud nadie puede, en modo seguro, sentirse bien”.
El miedo hace imposible todo goce de la vida. Sin embargo la fe puede ayudarnos a luchar contra las desgracias que se nos presentan en forma de gigantes, o darnos las fuerzas para trasladar montes que obstaculizan nuestra relación armónica con Dios. El ser humano de fe puede sentir hondo gozo en las circunstancias más desastrosas, pero la persona temerosa sería infeliz en los propios cielos.

Oración: Señor, ayúdanos, danos fe para echar fuera de nosotros el miedo. Amén.


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