Friday, April 15, 2016

April 15, Friday IF WE BELIEVE, WE WILL SEE HIS GLORY JOHN 11:25-44

April 15, Friday

IF WE BELIEVE, WE WILL SEE HIS GLORY
JOHN 11:25-44

“Jesus said to her, ‘I am the resurrection and the life.
He who believes in me will live, even though he dies.’”
John 11:25


What a sad and holy moment: the death of a loved one! There are many rites that take place in our culture. After giving the final adios to that loved his friends and family proceed to the cemetery in silent procession. For Christian persons it’s common to offer a service where testimony to life and the resurrection is affirmed. Perhaps we may return one day to leave flowers and spend a bit of time remembering the glad moments shared with that person. Our loved one has died and cannot be brought back.

Jesus cried when he was before Lazarus’ tomb; yes, but he returned and commanded that the stone that was blocking the entrance be removed. Later, he exercised his power and ordered, “Lazarus, come out!”   

Perhaps we may desire with all our heart to have the power to bring back a loved one, but if we spoke those orders nothing would happen. Nevertheless, we can remove the stone of depression that immobilizes us; we can remove the stone of lack of faith that impedes us from believing that Jesus is the resurrection and the life.


It’s always difficult for us to explain the resurrection, as it was perhaps for Martha and Mary, Lazarus’ sisters, at that moment. But this is because we cannot explain with reasoning something that we should believe by faith. Our loved one who has departed is with us yet in another way.  And only by hoping in Jesus, if we then believe, will we see his glory.

Prayer:  Lord Jesus, we ask that you give us strength when we lose our loved ones, and that we may always trust that we will be reunited after death when we are in your presence. Amen.

Translated by John Walter




SI CREEMOS, VEREMOS SU GLORIA
JUAN 11:25-44

“Le dijo Jesús:-Yo soy la resurrección y la vida;
el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”
Juan 11:25

¡Qué momento tan triste y sagrado la muerte de un ser querido! Son muchos los ritos que tienen lugar en nuestra cultura: después de darle el último adiós a esa persona querida que se nos fue, amigos y familiares vamos al cementerio, en silenciosa procesión. Para las personas cristianas es común ofrecer un servicio donde se afirma el testimonio de vida y la esperanza de la resurrección. Tal vez regresemos algún día, a dejar flores y pasar un rato recordando los buenos momentos vividos al lado de esa persona. Nuestro ser querido ha muerto y no lo podemos traer de vuelta.
Cuando Jesús estuvo frente a la tumba de su amigo Lázaro, lloró, sí, pero regresó y mandó a quitar la piedra que bloqueaba la entrada. Luego ejerció su poder y ordenó: “¡Lázaro, ven fuera!”.
Tal vez deseemos de todo corazón el poder traer de vuelta a un ser querido, pero si nosotros diéramos esas órdenes, no pasaría nada. Sin embargo, podemos quitar la piedra de la depresión que nos inmoviliza, podemos quitar la piedra de la falta de fe que nos impide creer en que Jesús es la resurrección y la vida. Siempre nos es difícil explicarnos la resurrección, como quizás para Marta y María, hermanas de Lázaro, lo fue en aquel momento, pero es que no podemos explicar con razonamientos algo que debemos creer por fe. Nuestro ser querido que se ha ido está con nosotros de otra manera, y sólo esperemos en Jesús, pues si creemos veremos su gloria.

Oración: Señor Jesús, te pedimos que nos des fuerza cuando perdemos a nuestros seres queridos, que tengamos siempre la confianza de que nos reencontraremos después de la muerte, cuando estemos en tu presencia.  Amén.



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