Saturday, April 30, 2016

April 30, Saturday BEHIND THE DOOR TITUS 3:4-5

April 30, Saturday
BEHIND THE DOOR
TITUS 3:4-5

“For the grace of God that brings salvation has appeared to all men.”

Titus 2:11

The prayer group that meets at our house each week was discussing Rosa, a sister who had recently begun to attend our meetings. At first she was very quiet, but after a while she shared the following story with us. She told us that her husband, Roberto, was always angry.  And his rage would only increase: the sweeter she became with him, the more abusive he became with her. He had even forbidden her to go to the prayer meeting, threatening her with leaving the house.  She knew that he was serious and that if he suspected that she had disobeyed him, he would surely fulfill his promise.  Nevertheless, it was so important for her to be a part of the prayer group that she did not shrink back from coming, trusting that God had a certain plan within this very difficult situation. And that is what happened.

One afternoon, she told us, he followed her, but before going inside, he decided to listen behind the door. These were the words he heard:  “We pray, Lord, for our sister Rosa.  We know that she has problems at home.  We pray that you will show her your great love.”  Rosa realized that this was what she needed: prayer for her, and with great fervor!  She then secretly left and returned home.  When Rosa arrived she found herself with a very different Roberto.  He too had accepted the Lord as his Savior.


Prayer: Thank you, our God, for the small setbacks that you use in order to make things happen for our good. Amen.

DETRÁS DE LA PUERTA
TITO 3:4-5

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado
para salvación a todos los hombres”

Tito 2:11

En la célula de oración que se reúne en nuestra casa todas las semanas se nos presentó el caso de Rosa, una hermana que hacía  poco se había unido a nuestras reuniones. Al principio era muy callada, pero después de un tiempo compartió con nosotros esta historia de cuando comenzó a compartir con nosotros. Nos contaba que  Roberto, su esposo, siempre estaba bravo. Y su furia se incrementaba cuando ella, mientras más mal la trataba él, más dulce era. Hasta le había prohibido ir a la célula, amenazándola con irse de la casa. Ella sabía que él no hablaba por gusto, si  sospechaba que ella lo había desobedecido, seguro cumplía su promesa. Aun así, era tan necesario para ella compartir en la célula, que no se acobardó, confiando en que Dios tenía algún plan con esta situación tan incómoda.  Y así fue.
Una tarde-cuenta ella– él la siguió, pero antes de entrar, se dispuso a escuchar detrás de la puerta. Estas fueron las palabras que escuchó: “Te pedimos Señor, por nuestra hermana Rosa. Sabemos que tiene problemas en su casa. Te pedimos que le muestres tu gran amor”
¡Esto era lo que Rosa veía como una necesidad! Orar por ella, y con gran fervor.
Entonces salió sigilosamente y regresó a su casa. Cuando  Rosa llegó se encontró con un Roberto bien distinto. Él también había aceptado al Señor como su Salvador.

Oración: Gracias Dios nuestro, por los pequeños contratiempos que tú usas para hacer las cosas para nuestro bien. Amén.






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