April 4, Monday
PRAYING HANDS
MATTHEW 25:31-46
“… truly I tell you,
just as you did it to
one of the least of these
who are members of my family,
you did it to me.”
Matthew 9:40
I remember that when I began to attend church
more than thirty years ago, I understood the importance of intercessory prayer.
That taught us not to be selfish, and also to ask God on behalf of our neighbor,
especially for the sick, the needy, the hungry, the imprisoned, etc. But I also
remember a story in which the father of a family prayed asking for God’s
compassion toward the poor, that he help them in their needs and penury. At the
end of the father’s prayer, his seven-year-old son said to him, “Papa, I want
to be the owner of all the corn there is in our granary.” “Why?” asked the
father. “Well, to begin answering your prayers,” responded the child.
We need to pray constantly, but our attitudes
toward others should be centered more on action of solidarity, instead of a
tepid intention. Reject the behavior of this man who asked God to be compassionate
toward the poor while he his own storehouse overflowed with grain that he
wouldn’t share with anyone.
We cannot talk about the sick and not go to
visit them. We cannot talk about prisoners without seeing if there is something
we can do for them or their families. We cannot ask others to come to church if
we ourselves do not congregate and share the good news of Jesus Christ. May our
supplications be lifted to God not only with our lips, but also with the action
of a compassionate heart and praying hands.
Prayer: Lord, today we pray
for those who are experiencing material need, for the destitute, for prisoners,
for those who lack medicines. Help us, Lord, to be in solidarity with them and
share what we have. Amen.
Translation by John
Walter
MANOS
ORANTES
MATEO
25:31-46
“… de cierto
os digo que en cuanto lo hicisteis a uno
de estos
mis hermanos
más pequeños, a mí lo hicisteis”
Mateo
9:40
Recuerdo
que cuando comencé a asistir a la iglesia hace más de treinta años, comprendí
la importancia de la oración intercesora. Esta nos enseña a no ser egoístas y
pedirle también a Dios por nuestro prójimo, especialmente por los enfermos, los necesitados, los
hambrientos, los presos, etc. Pero recuerdo también una historia en la que un
padre de familia hizo una oración, y le pedía a Dios que fuese compasivo hacia
los pobres, que los ayudara en sus necesidades y penurias. Al terminar de orar,
su hijo de 7 años, le dijo: “Papá, yo quisiera ser dueño de todo el maíz que hay en nuestro granero”. “¿Para qué?”, preguntó el padre. “Pues para comenzar a contestar tus oraciones?”,
dijo el niño. Hay que orar en todo momento, pero nuestras actitudes hacia los
demás deben ir más a la acción solidaria y no a una tibia intención. Rechacemos
la conducta de este hombre que le pedía a Dios que fuera compasivo hacia los
pobres, mientras él tenía sus almacenes abarrotados de granos y no los
compartía con nadie. No podemos hablar de enfermos y no ir a visitarlos, no
podemos hablar de presos sin ver si podemos hacer algo por ellos, o por sus
familiares. No podemos decirle a los demás que vengan a la iglesia si nosotros no nos congregamos y
compartimos la buena noticia de Jesucristo. Que nuestras peticiones sean
elevadas a Dios no sólo con nuestros labios, sino con la acción de un corazón
compasivo y unas manos orantes.
Oración:
Hoy te pedimos Señor, por los que están pasando necesidades materiales, por
los desvalidos, por los presos, por los
que carecen de medicinas. Ayúdanos Señor, a ser solidarios con ellos y a
compartir lo que tenemos. Amén.
No comments:
Post a Comment