Thursday, April 28, 2016

April 28, Thursday HELP COMES FROM GOD PSALM 60

April 28, Thursday
HELP COMES FROM GOD
PSALM 60

Give us aid against the enemy,
for the help of man is worthless.”
Psalm 60:11

If no one cares for a newborn, the infant dies within a few hours.  The same thing occurs at life’s other extreme.  The very elderly are often dependent on the care of their loved ones or of other caretakers. We are in need of others even when we are in the best of health. Who could survive alone, without anyone to listen or to care or to encourage us?

The desire to act alone, without listening to advice, without accepting the value of what others can offer each day, is not a sign of maturity. The problem is that the help that others give to us is limited.  There are times when only God can help us. Nevertheless, we are very slow to acknowledge this.  We want to rely on our own abilities, on our own intelligence, on our friends.  Such forms of support are undoubtedly useful at a given moment, but they are not able to accomplish what only God can bring about. He alone can give us a new life in order to triumph over the evil that assaults us, as well as the strength to do good.

Are we willing to receive God’s help? Let us set aside our pride, all feelings of self-sufficiency, and trustingly approach the Lord to receive his help.

Prayer: Thank you, Father, because we can always rely on you, in the certainty that your care and your love are eternal. Amen.


EL SOCORRO VIENE DE DIOS
SALMO 60

Danos socorro contra el enemigo,
porque vana es la ayuda de los hombres”
Salmo 60:11

Si nadie cuida de un recién nacido, éste deja de vivir a las pocas horas. Sucede lo mismo al otro extremo de la vida. Las personas muy ancianas a menudo dependen de los cuidados de sus seres queridos o de personas encargadas. Incluso cuando estemos en plenitud de vida necesitamos a los demás. ¿Quién podría vivir solo, sin ser escuchado,  cuidado y animado?
El querer actuar solo, sin escuchar consejos, sin aceptar el valor de lo que otros pueden aportarnos cada día, no es un signo de madurez.
El problema es que la ayuda que los demás nos dan es limitada. Hay ámbitos en los que sólo Dios puede ayudarnos. Sin embargo, somos muy lentos en reconocerlo. Queremos apoyarnos en nuestras capacidades, en nuestra inteligencia, en nuestros amigos; apoyos que sin duda son útiles en su momento, pero no logran llevar a cabo lo que únicamente Dios puede operar. Sólo Él puede darnos una nueva vida nueva para salir victoriosos sobre el mal que nos asedia, así como la fuerza para hacer el bien.
¿Estamos dispuestos a recibir la ayuda de Dios? Dejemos a un lado nuestro orgullo, todo sentimiento de autosuficiencia, y acerquémonos confiadamente al Señor para recibir su socorro.


Oración: Gracias Padre, porque siempre podemos acudir a ti, seguros de que tus cuidados y tu amor son eternos. Amén. 

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