April 21, Thursday
GOD SEEKS A HOUSE
II SAMUEL 7:1-5,
8b-11, 16
“For my thoughts
are not your thoughts,
neither are your ways
my ways,” declares the LORD”
Isaiah 55:8
“Man proposes and God disposes” goes the popular saying. In those days,
David had plans to build a “house” for God.
Nevertheless, in spite of David’s good intentions, God does not accept
his proposal. God wants something else. God goes beyond our human plans.
God does not agree with the grandiose plans of King David, who wants to
compete with the greatest temples that other nations have built for their gods.
Instead of dwelling within a house of stone, God prefers to build his own
“house” from his people, and to walk with them. The lesson is clear: we cannot confuse God’s promises with human
plans.
Moreover, our life journey is often laid out according to our purposes
and whims. On many occasions we interpret God’s plans through the filter of our
own purposes. But fortunately God, in his perfect wisdom, makes us understand
this and takes over the reins of our lives.
God needs people who do not exclaim: “This is what I think.”; “This is
what I’ve decided.”; “This is what I’ve planned.” Rather, we should simply say: “Here I am,
Lord. I place my life in your hands.”
Prayer: Lord, teach me to rid myself of
whatever is inside me that is keeping you from entering into my house. Help me to submit to your will. Amen.
DIOS BUSCA CASA
II
SAMUEL 7:1-5, 8b-11,16
“El
Señor ha dicho: Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus
caminos mis caminos.”
Isaías
55:8
“El hombre propone y Dios dispone”, así dice el
refrán popular. En aquellos días, David tenía planes de construir una “casa”
para Dios. Sin embargo, a pesar de que las intenciones de David son buenas,
Dios no las acepta. Dios quiere otra cosa. Dios va más allá de los planes
humanos.
Dios no está de acuerdo con los planes de grandeza
del rey David, que quiere hacer competencia a los templos más colosales que las
otras naciones han alzado a sus divinidades. Más que habitar una casa de
piedra, Dios prefiere hacer de un pueblo su propia “casa”, y caminar con él. La
lección es transparente: no hay que confundir las promesas de Dios con los
planes humanos. También nuestro camino de vida está trazado, muchas veces,
según nuestros propósitos y caprichos. En no pocas ocasiones interpretamos los
planes de Dios bajo el filtro de nuestros propios planes. Pero afortunadamente
Dios, en su sabiduría perfecta, nos hace comprender esto y toma las riendas de
nuestra vida.
Dios necesita de personas que no exclamen: “He aquí
lo que yo he pensado”, “Esto es lo que he decidido”, “Esto es lo que he
preparado”, sino que diga simplemente: “Heme aquí, Señor, en tus manos pongo mi
vida”.
Oración: Señor, enséñame
a allanar lo que hay en mí, que impide que tú entres en mi casa. Ayúdame a rendirme
ante tu voluntad. Amén.
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