Monday,
September 18
FACING TRAGEDY
JOB 1:1-22
The Lord has given; the Lord has taken;
bless the Lord’s name.
Job 1:21 CEB
Christians often get angry when they are facing tragedy.
When God allowed Job to lose his property, his family, and his
health, this just man got very angry with God.
He lost his desire to live.
Job didn’t understand why God had allowed such tragedy in his life,
and he was clearly angry with God.
Nevertheless, Job did not permit anger to have the last word. He
opened his heart to God. He refused to become bitter. He trusted and praised
God in his suffering, which finally opened the door to his recuperation and
blessing.
Many are the challenges and crises that we face daily; instead of
blaming God for our problems and losses, we should ask for strength and for God’s
accompaniment to continue living in hope and faith. Throughout our lives we can
recognize that our God never has abandoned us and will continue faithfully at
our side because his love is so great that we will never be able to comprehend
it.
Prayer: Thank you, Lord, because you have not abandoned
me in difficult moments. Give me knowledge and strength to handle suffering and
make me an instrument of healing in the lives of others who also suffer. Amen.
Translation by Deborah McEachran
FRENTE A LA TRAGEDIA
JOB 1:1-22
Jehová dio, y Jehová quitó;
sea el nombre de Jehová bendito
Job 1:21
Los cristianos se enojan a
menudo cuando se enfrentan a una tragedia.
Cuando Dios permitió que Job
perdiera sus bienes, su familia y su salud, este hombre justo se enojó
fuertemente con Dios. Perdió el deseo de vivir.
Job no entendía por qué Dios
había permitido semejante tragedia en su vida, y estaba claramente enojado con
Dios.
Sin embargo, Job no permitió
que el enojo tuviera la palabra final. Abrió su corazón a Dios. Se negó a
amargarse. Confió y alabó a Dios en su sufrimiento, lo cual abrió finalmente la
puerta a su recuperación y bendición.
Múltiples son los desafíos y
crisis que debemos enfrentar diariamente, lejos de culpar a Dios, por nuestros
problemas y pérdidas, debemos pedir su fortaleza y su compañía para seguir
adelante viviendo en esperanza y fe. A lo largo de nuestra vida podemos
reconocer que nuestro Dios nunca nos ha abandonado y seguirá a nuestro lado
fielmente porque su amor es tan grande que nunca lo llegaremos a comprender.
Oración: Gracias Señor,
porque no me has abandonado en los momentos difíciles. Danos sabiduría y
fortaleza para soportar el sufrimiento y hazme instrumento de sanidad en la
vida de aquellos que también sufren. Amén.
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