Monday, September 18, 2017

Monday, September 18 FACING TRAGEDY Job 1:1-22

Monday, September 18
FACING TRAGEDY
JOB 1:1-22

The Lord has given; the Lord has taken; bless the Lord’s name.
Job 1:21 CEB

Christians often get angry when they are facing tragedy.

When God allowed Job to lose his property, his family, and his health, this just man got very angry with God.  He lost his desire to live.

Job didn’t understand why God had allowed such tragedy in his life, and he was clearly angry with God.

Nevertheless, Job did not permit anger to have the last word. He opened his heart to God. He refused to become bitter. He trusted and praised God in his suffering, which finally opened the door to his recuperation and blessing.

Many are the challenges and crises that we face daily; instead of blaming God for our problems and losses, we should ask for strength and for God’s accompaniment to continue living in hope and faith. Throughout our lives we can recognize that our God never has abandoned us and will continue faithfully at our side because his love is so great that we will never be able to comprehend it.

Prayer: Thank you, Lord, because you have not abandoned me in difficult moments. Give me knowledge and strength to handle suffering and make me an instrument of healing in the lives of others who also suffer. Amen.

Translation by Deborah McEachran


FRENTE A LA TRAGEDIA
JOB 1:1-22

Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito
Job 1:21

Los cristianos se enojan a menudo cuando se enfrentan a una tragedia.

Cuando Dios permitió que Job perdiera sus bienes, su familia y su salud, este hombre justo se enojó fuertemente con Dios. Perdió el deseo de vivir.

Job no entendía por qué Dios había permitido semejante tragedia en su vida, y estaba claramente enojado con Dios.

Sin embargo, Job no permitió que el enojo tuviera la palabra final. Abrió su corazón a Dios. Se negó a amargarse. Confió y alabó a Dios en su sufrimiento, lo cual abrió finalmente la puerta a su recuperación y bendición.
Múltiples son los desafíos y crisis que debemos enfrentar diariamente, lejos de culpar a Dios, por nuestros problemas y pérdidas, debemos pedir su fortaleza y su compañía para seguir adelante viviendo en esperanza y fe. A lo largo de nuestra vida podemos reconocer que nuestro Dios nunca nos ha abandonado y seguirá a nuestro lado fielmente porque su amor es tan grande que nunca lo llegaremos a comprender.

Oración: Gracias Señor, porque no me has abandonado en los momentos difíciles. Danos sabiduría y fortaleza para soportar el sufrimiento y hazme instrumento de sanidad en la vida de aquellos que también sufren. Amén.


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