Tuesday, September 19, 2017

Tuesday, September 19 WHY DOES GOD DO NOTHING? Job 23: 1-7

Tuesday, September 19
WHY DOES GOD DO NOTHING?
JOB 23: 1-7
Today my complaint is again bitter…
Job 23:2 CEB

Obviously God sympathizes with his sons and daughters when they suffer grief and anger. He is totally available to listen to our expressions of anger while we are drowning in our pain. 

It is not a sin during these times to ask God about the difficult situations we pass through. It is human. We are concerned about justice, and when we find ourselves the recipient of something unjust, we get angry. Since God is all-powerful and could have kept it from happening, often we direct our anger toward Him as Job did. 

Not only personal crises get us upset, but on occasion we feel called to fight social injustice. We think about how many children die as victims of cancer, war, or hunger. For these situations, we reproach God, but instead we should look at ourselves. Each of our actions, such as consumerism, daily violence, and harm to the environment, has consequences that we cannot imagine. On the other hand, we should recognize that at times anger over our condition makes us forget that God always has been with us. In 1 Peter 1:5-7 we read that the trials that bring us grief can serve to purify our faith. Romans 8:28 says that in all things God works for the good of those who love him.

However, even though these propositions are true, they still do not answer all the questions that we face in times of loss and pain. The call of God is to trust in Him in the darkness as well as we do in the light. God has not changed, even though our circumstances have been painfully altered. 

Prayer: Thank you, God, for your understanding when I get angry with you. I ask for your comfort and peace to traverse the times of suffering and grief. Amen.

Translation by Deborah McEachran


¿POR QUÉ DIOS NO HACE NADA?
JOB 23: 1-7
Hoy también hablaré con amargura…
Job 23:2

Obviamente Dios es comprensivo con sus hijos e hijas cuando sufren el desconsuelo y se enojan. Él está totalmente dispuesto a escuchar nuestras expresiones de enojo mientras desahogamos nuestro dolor.

No es pecado que en ocasiones preguntemos a Dios acerca de las situaciones difíciles por las que atravesamos. Es humano. Nos preocupa la justicia, y cuando nos encontramos con algo injusto, nos enojamos. Dado que Dios es Todopoderoso y que podría haber impedido ese hecho, a menudo dirigimos nuestro enojo hacia Él como lo hizo Job.

En realidad, no solo las crisis personales nos inquietan, en ocasiones nos sentimos llamados a luchar por las injusticias sociales.  Pensamos en cuántos niños mueren víctimas del cáncer, guerras, o de hambre. Ante estas situaciones increpamos a Dios, pero siempre debemos dirigir la mirada hacia nosotros mismos, cada una de nuestras acciones: el consumismo, la violencia cotidiana, el daño a la creación, tiene consecuencias que no somos capaces de imaginar. Por otra parte, debemos reconocer que en ocasiones el enojo por nuestra condición nos hace olvidar que Dios siempre ha estado con nosotros. En 1 Pedro 1:5-7 leemos que las pruebas que nos traen desconsuelo podrían servir para purificar nuestra fe. Romanos 8:28 dice que Dios hace que todas las cosas resulten para bien.

No obstante, aunque estos propósitos positivos son ciertos, aun así, no responden todas las preguntas que enfrentamos en tiempos de pérdida y dolor. El llamado de Dios es confiar en Él en la oscuridad así como lo hacemos en la luz. Él no ha cambiado, aunque nuestras circunstancias hayan sido dolorosamente alteradas.

Oración: Gracias Dios, por tu comprensión cuando me enojo contigo. Te pido consuelo y paz para atravesar los momentos de sufrimiento y desconsuelo. Amén.


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