Friday, July 27, 2018

Friday, July 27 DON’T WORRY ABOUT SMALL THINGS ROMANS 8:16-25


Friday, July 27
DON’T WORRY ABOUT SMALL THINGS
ROMANS 8:16-25

I consider that our present sufferings are not worth comparing with the glory that will be revealed in us.
Romans 8:18

When a woman is pregnant, the nine months until her delivery seem an eternity: she’s uncomfortable, nauseous, and swollen. And at the end there are hours of pain and suffering when giving birth.

But then when she holds the beautiful baby in her arms the memory of any pain fades into a distant memory. The pleasure of seeing that little face of the beloved baby fills her heart and mind so fully that it erases any shadow of discomfort and suffering. The years of happiness that the baby will bring are much longer than the months of the pregnancy or the hours of the delivery.

This is like the Christian life. Life is like pregnancy and birth. But this life is not the end, it is only the beginning, the preparation. Our years here are but a moment in comparison with eternity. Don’t worry when life becomes difficult. It will not last forever. Some day we will leave it all behind to immerse ourselves in God’s complete and perfect life. All this life’s pain will be lost in comparison with the total peace we will experience forever.

Prayer: God of life, thank you for your promise of eternal love and peace. Help us to see life’s difficulties from the perspective of your eternity. Amen.

Translation by George Meek


NO TE  PREOCUPES POR PEQUEÑECES
ROMANOS 8:16-25

De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros.
Romanos 8:18

Cuando una mujer está embarazada, esos nueve  meses hasta que da a luz parecen una eternidad: está incómoda, tiene náuseas, está hinchada. Y al final son horas de doloroso parto y sufrimiento.
Pero después sostiene en sus brazos esa hermosa criatura y  el recuerdo de cualquier dolor desaparece y pasa a un segundo plano tan lejano que apenas se recuerda. El gozo de ver cara a cara a esa personita a la que ama le llena el corazón y la mente de una manera tan completa, que borra  cualquier sombra de incomodidad y sufrimiento.  Además, los años de gozo y realización que ese niño o niña trae son mucho más largos que los meses de embarazo o las horas del parto.

Así es la vida cristiana. La vida es como el embarazo y el parto. Pero esta vida no es el final, es tan solo el comienzo, la preparación. Nuestros años aquí solo son un momento comparados con la  eternidad. Cuando la vida sea difícil, no te preocupes. No durará para siempre. Un día lo dejaremos todo atrás para inundarnos de su amor completo y perfecto. Todo el dolor de esta vida se perderá en comparación con la completa paz que experimentaremos por siempre y para siempre.

Oración: Dios de vida, gracias por la promesa de amor y paz eternos. Ayúdanos a  mantener las dificultades de la vida en la perspectiva de tu eternidad. Amén.


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