Sunday, July 15
REMAINING CLOSE
JOSHUA 1:5-9
Have I not commanded
you? Be strong and courageous.
Do not be afraid; do
not be discouraged,
for the Lord your God
will be with you
wherever you go. (NIV)
Joshua 1:9
It’s easy to tell others not to worry. It’s
easy to remind our friends that God is with them and has everything under
control. And it’s easy to remind ourselves of it when everything is going well
But when life has us navigating in turbulent
waters, our natural instinct is to be frightened. We become agitated and we
worry. We cry out not knowing how we will make do with the little money that we
have, how we will face up to illnesses, or how we will deal with whatever
stormy wave is dashing against us. When life is alarming we become frightened.
Believe it or not, it’s a good thing. And
it’s when we’re frightened, when we’re overwhelmed, when we realize that our
circumstances overtake us, that’s when it’s the perfect place for God to shower
his reassurance and tranquility upon us.
He never abandons us; but sometimes, when
life is good, other things distract us and we don’t enjoy his presence as we
should. When we feel afraid we see ourselves newly drawn into the arms of our
maternal God. And it’s just there where He wants us to be.
Prayer: Beloved God, thank
you for always being with me and giving me encouragement. Help me to remain
close to you in the good times as well as the bad. Amen.
Translation by John
Walter
PERMANECER
CERCA
JOSUÉ 1:5-9
Ya te lo he
ordenado: ¡Sé fuerte y valiente!
¡No tengas
miedo ni te desanimes!
Porque el
Señor tu Dios te acompañará
dondequiera
que vayas.
Josué 1:9
Resulta fácil decirles a los
demás que no se preocupen. Es fácil recordar a nuestros amigos que Dios está
con ellos y que lo tiene todo bajo control. Y es fácil recordárnoslo a nosotros
mismos cuando todo va bien.
Pero cuando la vida nos hace
navegar en aguas turbulentas, nuestro instinto natural es estar asustados. Nos
inquietamos y nos preocupamos. Gritamos sin saber cómo haremos con el poco
dinero que tenemos, cómo nos enfrentaremos a enfermedades o cómo trataremos con
cualquier ola tormentosa que se estrelle contra nosotros. Cuando la vida es
alarmante, nos asustamos.
Lo creas o no, es una buena
cosa. Y es que cuando estamos asustados, cuando estemos abrumados, cuando nos
damos cuenta de que nuestras circunstancias nos sobrepasan, es cuando estamos
en el lugar perfecto para que Dios derrame su consuelo y su tranquilidad sobre
nosotros.
Él nunca nos abandona, pero en
ocasiones, cuando la vida es buena, otras cosas nos distraen y no disfrutamos
su presencia como deberíamos. Cuando nos sentimos asustados, nos vemos atraídos
de nuevo a los brazos de nuestro Dios maternal. Y justo allí es donde Él quiere
que estemos.
Oración: Amado
Dios, gracias por permanecer siempre conmigo y darme aliento. Ayúdame a
quedarme cerca de ti en los buenos
tiempos y en los malos también. Amén.
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