Monday, July 9
THE BALLOON
MERCHANT
Romans 10:14-17
How,
then, can they call on the one they have not believed in?
And how
can they believe in the one whom they have not heard?
And how
can they hear without someone preaching to them? (NIV)
Romans 10:14
That weekend all
the families went to enjoy themselves at the gigantic town festival. Among the many
offerings of savory food and amusing games there was a merchant of balloons, displaying
beautiful balloons of different forms and colors. Nevertheless, very few
approached to buy his merchandise. As the merchant wasn’t of the kind who gave
up easily, he assumed the challenge of overcoming that supposed failure and let
his imagination run wild. Then he released into the air one of the balloons,
the most fetching. Later he released another red balloon, the largest of them
all. The balloons were going up little by little, carried by the wind. Surprised,
another merchant who was at his side said to him, “Friend, perhaps you’re
disappointed for not selling, but don’t throw away merchandise this way, there
will be better days.” To which the balloon merchant responded, “Thanks so much,”
he said, but my best day of sales just began,” while pointing to a swarm of
boys and girls dragging their parents towards him, while calling out phrases
like “I want a balloon like the ones that fly.”
The gospel of Jesus
Christ can be like the balloons in this anecdote. In the great festival of life,
it “competes” with many other attractive offerings. Attracting to him the many
that surround us is a matter of our creativity
The apostle Paul, in
this fragment of his Letter to the Romans, makes an invitation to the believers
so that they might share the good news of Jesus. Today as well, we should
responsibly assume the co-mission of proclaiming the gospel, and, like the
merchant, do it in a renewing form and in accordance with the circumstances
that surround us. The gospel should fly so that it reaches every corner. If it
remains static or enclosed, as beautiful as it may be, it will not reach many.
Today, try to be like
the merchant of the story, and like the Christians of Rome who were courageous
and imaginative, and made known to all the good that they had.
Prayer: Gracious God, may we be able to preach your
gospel sweetly and attractively in such a way as you want us to. Give us
passion and creativity. Amen.
Translation by John Walter
EL VENDEDOR DE GLOBOS
Romanos 10:14-17
Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel
en el cual no han creído? ¿y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿y
cómo oirán si no hay quien les predique?
Romanos 10:14
En
la feria gigantesca de un pueblo, todas las familias fueron a divertirse aquel
fin de semana. Entre tantas ofertas de sabrosos alimentos y juegos divertidos,
había un vendedor de globos. Exhibía hermosos globos de diferentes formas y
colores, sin embargo, muy pocos se acercaban para comprar su mercancía. Como el
vendedor no era de los que se deja ganar fácilmente, asumió como reto aquel
supuesto fracaso y echó a correr su imaginación. Entonces, soltó al aire uno de
los globos, el más llamativo. Luego soltó otro hermoso globo rojo, el más
grande de todos. Los globos se fueron elevando poco a poco, llevados por el
viento. Otro vendedor que estaba a su lado, extrañado le dijo: “Amigo, quizás
está decepcionado por no vender, pero no tire usted así su mercancía, ya tendrá
días mejores”. A lo que el vendedor de globos le respondió: “Muchas gracias,
pero mi mejor día de venta acaba de comenzar”, dijo mientras señalaba a un
enjambre de niños y niñas que arrastraban a sus padres hacia el vendedor de
globos mientras decían frases como “yo también quiero un globo así, que
vuele”.
El
evangelio de Jesucristo puede ser como los globos de esta anécdota. En la gran
feria de la vida “compite” con muchas otras atractivas ofertas. Depende de
nuestra creatividad el atraer hasta él a tantos que nos rodean.
El
apóstol Pablo en este fragmento de su Carta a los Romanos, hace una invitación
a los creyentes para que compartan la buena noticia de Jesús. También hoy
nosotros debemos asumir responsablemente la co-misión de proclamar el evangelio
y, como el vendedor de nuestra anécdota, hacerlo de forma renovada y atendiendo
a las circunstancias que nos rodean. El evangelio debe volar para que llegue
cada rincón, si se queda estático o encerrado, por bello que sea no alcanzará a
muchos.
Propóngase
en el día de hoy ser como el vendedor de la historia y como los cristianos de
Roma, que fueron valientes e imaginativos y dieron a conocer a todos y todas
aquello bueno que tenían.
Oración:
Dios bueno, permite que podamos predicar dulce y atractivamente tu Evangelio,
tal como tú quieres de nosotros. Danos pasión y creatividad para ello. Amén.
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