Thursday, July 12
THANK YOU, LORD
PSALM 34:1-10
I will extol the Lord at all times;
his praise will always be on my
lips. (NIV)
Psalm 34:1
Although he was incarcerated, the
apostle Paul gave thanks to God and even sang his praises. The salvation of
those incarcerated was the result. What a great lesson for all Christians! When
you least feel ready to give thanks is when you should most do it.
What is our reply when we’re
waiting for the bus that never comes, when our plans are frustrated, when we’re
sick in bed, when we suffer depressions, when we’re overwhelmed by tiredness,
alone, weary or confused?
Our human nature teaches us that we
should complain and fret. Despite that, the Scriptures affirm that we should
give thanks. This is only possible when we surrender our lives to him and his
control.
Learn to give thanks to God. Thanks
for his help in times of weakness. Thanks for his great wisdom and his power.
And thanks for making all the situations of your life work for your well-being.
To give thanks may not change all your circumstances in a relevant manner, but
it will change you. You will feel you are centered in God, in his generosity,
in his goodness and grace, and not in your own complaints, pride, illness or
inconvenience. Perhaps for this reason it’s fertile ground for miracles.
Prayer: Lord, I
choose to give you thanks today for everything that comes to me. I love you and
I am thankful for your goodness. Amen.
Translation by John
Walter
GRACIAS, SEÑOR
SALMO 34:1-10
Alabaré al Señor en todo tiempo;
a cada momento pronunciaré sus alabanzas.
Salmo 34:1
Aunque estaba encarcelado, el apóstol Pablo le dio
gracias a Dios y hasta cantó sus alabanzas. El resultado fue la salvación de
los carceleros. ¡Qué gran lección para todos los cristianos! Cuanto menos te
apetece dar gracias, es cuando más debes hacerlo.
¿Cuál es nuestra respuesta cuando estamos esperando
por la guagua que nunca llega, cuando sentimos frustrados nuestros planes,
cuando estamos enfermos en la cama, cuando sufrimos depresiones, cuando estamos
abrumados por el cansancio, solos, cansados o confundidos?
Nuestra naturaleza humana nos enseña que deberíamos
quejarnos e inquietarnos. A pesar de ello, las Escrituras afirman que
deberíamos dar gracias. Esto solo es posible cuando rendimos nuestra vida a Él
y a su control.
Aprende a darle gracias a Dios. Gracias por su ayuda
en tiempos de debilidad. Gracias por su gran sabiduría y su poder. Y gracias
por hacer que todas las situaciones de tu vida obren para tu bien.
Dar gracias puede no cambiar tus circunstancias de
manera relevante, pero te cambiará a ti. Sentirás que te estás centrando en
Dios, en su generosidad, su bondad y gracia, y no en tu propio enojo, orgullo,
enfermedad o inconveniencia. Tal vez por
esta razón es un suelo tan fértil para los milagros.
Oración: Señor,
escojo darte las gracias hoy por todo lo que me llega. Te amo y estoy
agradecida por tu bondad. Amén.
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