Wednesday, July 4, 2018

Wednesday, July 4 Celebration of the Mission Church at CANIP YOUR ACTIONS SPEAK LOUDER LUKE 6:43-45


Wednesday, July 4
Celebration of the Mission Church at CANIP
YOUR ACTIONS SPEAK LOUDER
LUKE 6:43-45
. . . for each tree is known by its own fruit.
Figs are not gathered from thorns,
nor are grapes picked from a bramble bush.
Luke 6: 44 (NRSV)

            Once a man was preaching in church and when he was at the heart of his message, someone seated in the back rows shouted, “I can’t hear you!” The preacher spoke louder, but the person insisted, “I can’t hear you!” A bit upset, the preacher asked the person at the audio controls to raise the volume, but the same person continued to shout, “I can’t hear you!” Indignant, the preacher asked, “Do you have a problem with your ears, or what’s going on?” The person replied, “No, what’s happening is that what you do prevents me from hearing what you say.”
            This happens often. It’s easier to talk about the gospel than to live it, because living it commits us to a change in our lives, and change is always costly. To live out what we claim to be is the only way to convince others that what we believe is worthwhile. A full and committed life has more power than a thousand speeches. Less talking and more living will allow people to remember us by the fruits of our lives, and the impact we have on other people through the quality of the faith life we have.

Prayer: Jesus, give me strength to live out your presence in me. Let our witness be coherent in every moment of our lives. Amen.

 Translation by John Potter




Celebración de la Iglesia Dependiente del CANIP
TUS ACCIONES HABLAN MÁS ALTO
LUCAS 6:43-45
Porque cada árbol se conoce por sus frutos.
No se cortan higos de los espinos,
ni se vendimian uvas de las zarzas
Lucas 6: 44

Una vez un hombre predicaba en una iglesia, y cuando estaba en lo mejor del mensaje, una persona sentada en las últimas bancas le gritó, “¡No se oye!” El predicador aumentó el tono de su voz, pero la persona insistía, “¡No se oye!” Un poco molesto, el predicador le pidió al de los controles de sonido que aumentara el volumen, pero la misma persona volvía a gritar, “¡No se oye!” Indignado, el predicador le dijo a la persona, “¿Tienes problemas en los oídos, o qué te pasa?” La persona le contestó: “No, lo que pasa es que lo que haces no me deja oír lo que dices.”

Así ocurre muchas veces: es más fácil hablar del evangelio que vivirlo porque el vivirlo nos compromete a un cambio en nuestras vidas y los cambios siempre cuestan. Vivir lo que decimos que somos es la única forma de convencer que lo que creemos vale la pena; una vida plena y comprometida impacta más que mil discursos así que menos palabrería y más vida porque nos recordarán por nuestros frutos y el impacto que tengamos en otras personas por la calidad de vida de fe que tengamos.

Oracion:  Jesús, dame valor para vivir tu presencia en mí. Permite que nuestro testimonio sea coherente en cada momento de nuestras vidas. Amén.

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