Tuesday, July 31
ABSOLUTELY
NOTHING
ROMANS 8:35-39
For I am convinced that neither death
nor life, neither angels nor demons, neither the present or the future, nor any
powers, neither height nor depth, nor anything else in all creation, will be
able to separate us from the love of God that is in Christ Jesus our Lord.
Romans 8:38-39
Sometimes, when we feel that we are
living a nightmare, we ask ourselves where God has gone. His love, which is
supposed to be without end, seems outside our grasp. We pray, but our words
seem to bounce off the ceiling and fall flat on the ground.
It doesn’t matter how we feel. God
promised us that nothing can separate us from his magnificent and powerful love.
And although our circumstances can block our senses so that his love appears
absent, we can rely on the divine promises to strengthen us. His love is there,
enfolding us, whether we feel it or not. Nothing in this world can stop him
from loving us. Absolutely nothing.
Cancer can destroy our flesh, but it
cannot ruin God’s love. Debts can destroy our economy, but they don’t affect
his love. Relationships can break our hearts, but they can never break his love.
We don’t have to face any of life’s problems alone, because our Creator loves
us. He will take our hand until we get through this situation. And when we are
too weak to face another day, his love will carry us in arms like a loving
mother carries her baby.
Prayer: Father God, help me to rest in your
constant and unchanging love. Amen.
Translation by George Meek
NADA EN ABSOLUTO
ROMANOS 8:35-39
Pues estoy
convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni
lo presente ni lo porvenir, ni los
poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación,
podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado
en Cristo Jesús
nuestro Señor.
Romanos 8:38-39
En ocasiones,
cuando sentimos que estamos viviendo una pesadilla, nos preguntamos dónde se ha
ido Dios. Su amor, que supuestamente no tiene fin, parece fuera de nuestro
alcance. Oramos, pero nuestras palabras parecen rebotar contra el techo y
hacernos caer de bruces sobre el suelo.
Pero no importa
cómo nos sintamos. Dios prometió que nada puede separarnos de su amor magnífico y poderoso. Y, aunque
nuestras circunstancias puedan bloquear nuestros sensores, haciendo que su amor
parezca ausente, podemos apoyarnos en la fe en las promesas divinas. Su amor
está ahí, envolviéndonos, lo sintamos o no. Nada en este mundo puede impedir
que nos ame. Absolutamente nada.
El cáncer puede
destruir nuestra carne, pero no arruinará el amor de Dios. Las deudas
destruirán nuestra economía, pero no mermarán su amor. Las relaciones pueden
quebrantar nuestro corazón, pero jamás romperán su amor. No tenemos por qué
afrontar ninguna de las dificultades de la vida a solas, porque nuestro Creador
nos ama. Él sostendrá nuestra mano hasta que atravesemos esta situación. Y,
cuando somos demasiados débiles para afrontar otro día, su amor nos llevará en
brazos como una madre amorosa a su bebé.
Oración: Padre Dios, ayúdame
a descansar en tu amor constante e inalterable. Amén.
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