Saturday,
November 3
TEMPTATIONS
LUKE 4:1-13
Jesus answered him, it is written,
Worship the Lord your God and serve only him.
Luke 4:8 (NRSV)
I get tempted . . . or I am tempted. Temptations come
at me in three distinct ways: from within, from without, and from above. For
example, when I intensely want something that is within my reach and an inner
voice tells me to take it, even though it’s not right, I feel tempted.
Temptations are a part of our personal, social, and communal lives. The
onslaught of that struggle is daily and continual.
However, in Jesus we have triumph in that battle that he
joins together with us. If we look at how Jesus conquers evil, we will see that
faith and obedience to God, stripped of the need for any show of supernatural
power, and based only in his Word, is what resists temptation. In this way,
clothed in Christ, from our own baptism, sustained by the faith which
strengthens us through participation in the Eucharist, and in following the
example of sacrifice, power, and love of so many men and women who have
preached and lived the gospel before us, we can face the struggle with the many
temptations that come into our lives.
Something very
important to remember is that temptations aren’t sent by God, but that God
strengthens us to face them with dignity and firmness. He has already given us
the example of how we can overcome them: Jesus, God incarnate, who was able to
conquer them. We need neither flee, repress, nor ignore temptation; better that
we confront and resist them, wherever they may come from. The Lord provides the
necessary arms: his Spirit and his truth.
Prayer: Lord, again I
ask you to guard me from temptations today. It is so easy to fall into them,
but don’t let me do it. Amen.
Translation
by John Potter
LAS
TENTACIONES
LUCAS
4:1-13
Jesús
le contestó: La escritura dice:
Adora
al Señor tu Dios, y sírvele sólo a él.
Lucas
4:8
Estoy
tentado o soy tentado. Las tentaciones me llegan por tres caminos distintos:
desde adentro, desde afuera y desde arriba. Por ejemplo, cuando deseo
intensamente algo que está a mi alcance y una voz interior me dice que lo tome,
aunque no sea correcto, me siento tentado. Las tentaciones son parte de nuestra
vida personal, social y comunitaria.
El
embate de esa contienda es diario, cotidiano. Sin embargo, en Jesucristo
tenemos la victoria de esa batalla que él asume junto a nosotros. Si miramos
cómo Jesús supera el mal, veremos que la confianza y la obediencia a Dios,
despojada de la demanda de cualquier manifestación de poder sobrenatural, y
sólo fundado en su Palabra, es lo que resiste la tentación. De esa manera,
revestidos de Cristo, a partir de nuestro propio bautismo, sustentados por la
fe que se fortalece al participar de la eucaristía, y al seguir el ejemplo de
sacrificio, poder y amor de tantos hombres y mujeres que han predicado y vivido
el evangelio antes de nosotros, podemos enfrentar esa contienda de las tantas
tentaciones que llegan a nuestras vidas.
Algo
muy importante es recordar que las tentaciones no son enviadas por Dios, sino
que Dios nos fortalece para enfrentarlas digna y firmemente. Él ya nos ha dado
ejemplo de que podemos vencerlas, Jesús, Dios encarnado, fue capaz de
superarlas. No necesitamos huir, ni reprimir, ni ignorar las tentaciones, más
bien es necesario enfrentarlas y resistirlas, vengan de donde vinieren. El
Señor provee las armas necesarias: su Espíritu y su verdad.
Oración: Nuevamente te pido hoy Señor, por
que me cuides de las tentaciones. Es muy fácil caer en ellas, pero no me lo
permitas. Amén.
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