Saturday, November 3, 2018

Saturday, November 3 TEMPTATIONS LUKE 4:1-13


Saturday, November 3

TEMPTATIONS
LUKE 4:1-13

Jesus answered him, it is written,
Worship the Lord your God and serve only him.
Luke 4:8 (NRSV)
I get tempted . . . or I am tempted. Temptations come at me in three distinct ways: from within, from without, and from above. For example, when I intensely want something that is within my reach and an inner voice tells me to take it, even though it’s not right, I feel tempted. Temptations are a part of our personal, social, and communal lives. The onslaught of that struggle is daily and continual.
However, in Jesus we have triumph in that battle that he joins together with us. If we look at how Jesus conquers evil, we will see that faith and obedience to God, stripped of the need for any show of supernatural power, and based only in his Word, is what resists temptation. In this way, clothed in Christ, from our own baptism, sustained by the faith which strengthens us through participation in the Eucharist, and in following the example of sacrifice, power, and love of so many men and women who have preached and lived the gospel before us, we can face the struggle with the many temptations that come into our lives.
 Something very important to remember is that temptations aren’t sent by God, but that God strengthens us to face them with dignity and firmness. He has already given us the example of how we can overcome them: Jesus, God incarnate, who was able to conquer them. We need neither flee, repress, nor ignore temptation; better that we confront and resist them, wherever they may come from. The Lord provides the necessary arms: his Spirit and his truth.

Prayer: Lord, again I ask you to guard me from temptations today. It is so easy to fall into them, but don’t let me do it. Amen.

Translation by John Potter


LAS TENTACIONES
LUCAS 4:1-13

Jesús le contestó: La escritura dice:
Adora al Señor tu Dios, y sírvele sólo a él.
Lucas 4:8


Estoy tentado o soy tentado. Las tentaciones me llegan por tres caminos distintos: desde adentro, desde afuera y desde arriba. Por ejemplo, cuando deseo intensamente algo que está a mi alcance y una voz interior me dice que lo tome, aunque no sea correcto, me siento tentado. Las tentaciones son parte de nuestra vida personal, social y comunitaria.

El embate de esa contienda es diario, cotidiano. Sin embargo, en Jesucristo tenemos la victoria de esa batalla que él asume junto a nosotros. Si miramos cómo Jesús supera el mal, veremos que la confianza y la obediencia a Dios, despojada de la demanda de cualquier manifestación de poder sobrenatural, y sólo fundado en su Palabra, es lo que resiste la tentación. De esa manera, revestidos de Cristo, a partir de nuestro propio bautismo, sustentados por la fe que se fortalece al participar de la eucaristía, y al seguir el ejemplo de sacrificio, poder y amor de tantos hombres y mujeres que han predicado y vivido el evangelio antes de nosotros, podemos enfrentar esa contienda de las tantas tentaciones que llegan a nuestras vidas.

Algo muy importante es recordar que las tentaciones no son enviadas por Dios, sino que Dios nos fortalece para enfrentarlas digna y firmemente. Él ya nos ha dado ejemplo de que podemos vencerlas, Jesús, Dios encarnado, fue capaz de superarlas. No necesitamos huir, ni reprimir, ni ignorar las tentaciones, más bien es necesario enfrentarlas y resistirlas, vengan de donde vinieren. El Señor provee las armas necesarias: su Espíritu y su verdad.

Oración:  Nuevamente te pido hoy Señor, por que me cuides de las tentaciones. Es muy fácil caer en ellas, pero no me lo permitas. Amén.




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